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jueves, 12 de julio de 2012

¿DE QUÉ COÑO VAS?


No se cómo entenderte, escribir tu ficha en mi archivo, esquivar mi prejuicio, ensanchar mi comprensión.
Si vas por libre, soy libre de no seguirte.
Un segundo nos separa pero, es una eternidad para quien el tiempo no existe.
Miro tu comparecencia como quien ve llover. 
Tu importancia es tan relativa que suena a golpes de martillo sin clavo.
Si diriges tu ejército hacia la batalla, asegúrate de que el enemigo sea tan miedoso como tu. 
No se puede conquistar lo que no se tiene.
Arrastrar espíritus indolentes no es una victoria, por muchos que sean. Siempre quedarán amotinados, por pocos que sean. 
Los mercenarios te defenderán hasta que encuentren a otro que mejore tu oferta.
Debe ser muy estresante sentir en tu nuca el frío de la traición. 
Dentro de todo monstruo hay una alma encarcelada, maltratada, furiosa. Con ansias de venganza. Lo sé y ahí acaba mi compasión. A quien le vence el odio, por muy justificado que esté, se aleja de la humanidad de tal forma que llega a perderla.
No soy mejor que tú. No te hablo desde la ejemplaridad. Pero mi monstruo no lo ha creado nadie que no sea yo. Y no me entiendo. Y me siento furioso y con ganas de venganza; pero contra mi fealdad, mi debilidad y mi cobardía.

2 comentarios:

  1. Gracias por escribir, Mareva.
    Tal vez no esté muy lejos el día en que las almas insonoras se carguen de instrumentos para tocar una sinfonía donde no quepan notas bordes, estúpidas y egoístas.
    Un beso.

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