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viernes, 6 de julio de 2012

TABERNA SOLEDAD


Se levantó tras la enésima caída sabiendo que el próximo paso ocultaba un nuevo tropiezo.
Entró en la taberna acompañado de soledad y fatiga. 
Buscó el final de la barra. Lo suyo, lo que termina, lo que no acaba.
Lleno de sed gastó la cartera con el objeto de saciarla sabiendo que las horas no acaban cuando el picor no se calma solamente con sus manos. 
Un abrazo en venta se acercó. Pero lo dejó correr sabiendo que tras el roce, el vacío sería aun mayor.
Se arrastró moribundo hacia la calle donde le esperaba un sol de justicia.
Un día más tras la nada, otro esfuerzo disparatado, otro calculado revés.
El tiempo pasaba arañándole, despellejando su corazón vencido, invalidando su gastada agenda de hojas muertas.
La tozudez podría ser un handicap, sobre todo cuando el fracaso dibuja un círculo pero, si lo agotas y dejas de buscarlo quizá se rompa y se desperece como una línea recta. Entonces avanzar es obligado. Y lo atrás se quede en el ídem y lo adelante oculte un premio inesperado. O no.
Entró en la taberna para cumplir el rito. 
Salió más borracho que de costumbre. 
Volvió a casa tropezando con su sombra.
Y un compasivo vómito le evitó la próxima resaca.    

2 comentarios:

  1. hace meses que no me deleito con tu rica prosa. Hace tiempo que no tenemos un encuentro físico. Hace falta tanto a según que gente cuando no se le tiene cerca...

    Me encanta seguir encontrando el mismo estilo que me llama, esa espiral hacia el auto-castigo necesitado o la derrota combativa del ser humano... voy a ponerme al día con tus escritos poco a poco para deleitarlos y pienso contestar, sino todos, la mayoría ;) os echo de menos...

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