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martes, 31 de diciembre de 2013

ENTRADAS QUE SON SALIDAS



Al nacer me hice la picha un lío porque no acertaba a distinguir si salía o entraba; si había que llorar de alegría o reír de aflicción; si con cerrar los ojos podría continuar el sueño o si al abrirlos me daría de bruces contra la pesadilla. Creí que, nada más entrar al mundo, a todo quisqui  le darían un impoluto dorsal de número único para distinguirse en la carrera pero, no. El mío estaba arrugado, viejo y desdibujado. Usado en definitiva. Recuerdo haberme tocado las piernas por si no eran las mías. Confundía fiebres con sudores, alucinaciones con realidades y miserias con logros.      
De tanto devanarme los sesos se me han quedado como finísimas lonchas de incurable jamón barato. 
Nací de un puntapié en la matriz de mi madre. Amilanado de frío quise volver a la cueva tras echar un breve vistazo al periódico del día. Supe al instante que mi venida no aportaría sustanciales mejoras. Había tenido nueve meses para corroborar tal precoz conocimiento. Desde entonces he preferido salir a entrar, cerrar los ojos a abrirlos, dejar de correr y buscar al responsable de la carrera para devolverle el dorsal que nunca le pedí.

martes, 24 de diciembre de 2013

CORAZÓN DE HÉROE. (A Vicen)



Cuando el alma es un colador de desgracias y el sufrimiento una roca púrpura en el corazón, aparecen los héroes para señalar el camino. Cuando la poesía no es suficiente para detener las hordas, solo nos queda escondernos y esperar que los héroes tengan un buen día en la lid. Sería deseable que el desánimo no haga mella en ellos cuando al mirar alrededor se vean solos y traicionados. Aunque, por una cuestión de digno orgullo, los héroes nunca piden ayuda. El resto les buscamos desesperadamente. A la más mínima contrariedad preguntamos al cielo ¿dónde están? Temblorosos esperamos su presencia. El problema es que hay muy pocos para tanta exigencia acumulada, para tanta penuria. El común de los mortales muere sin llegar a conocer a ninguno. Son como piedras, solo que preciosas. Y los que las encuentran pueden darse por afortunados. Y yo soy uno de esos. Desde que la encontré nunca me he vuelto a preguntar ¿dónde estás? 
Es una piedra alta y de pelo rubio con el corazón de héroe. Quien no lo ve es porque la luz que desprende ciega. Pero yo, soy miope. Nunca una discapacidad dio tanta ventaja. Y lo veo tal cual. Es de otro mundo. Tiene la espalda débil, el espíritu noble y los sueños infinitos. Es, simplemente un poeta. Quizá el mejor. 
Y lo quiero compartir.

jueves, 19 de diciembre de 2013

PASADO



En un rincón se amontonan cajas de traslados insuficientes, cerradas con precintos de los que se usan para fijar cables de guitarras en escenarios de conciertos ya celebrados y que nadie recuerda. Guardan libros subrayados temblorosamente, útiles objetos sin apenas uso, papeles arañados con palabras detenidas por una abrupta congelación y gritos silenciados en mortajas de cartón. 
Mirar las cajas es como ver una triste espera; es como sacar un billete de tren sin horario de salida; es como tranquilizarse por saber que tienes el botiquín abastecido. La memoria es un armario empotrao de perchas abandonadas. El recuerdo es un sastre que corta con tozudez el mismo patrón irreal. El pasado está a la espera de volver. 
Las cajas perdidas y febriles siguen latiendo en el rincón asediando al presente intentando por todos los medios dejar el ayer. Luchan por dar sentido a su encierro al conseguir liberarse. 
No han entendido su verdadera función: representar al pasado y, desde esa quietud encarcelada, formar parte del futuro. 

viernes, 6 de diciembre de 2013

¿EN QUÉ QUEDAMOS? (Dedicado al bueno de Boro)



La palabra amor se parece a la palabra mareo. Te voltea y te confunde en perfecto equilibrio. Desde el primer relámpago no sabes si disfrutar o salir corriendo, si entregarte o desaparecer. Cuando, reblandecido por el ansia de amar, le preguntas a la amada si a ella también se le doblan las rodillas te contesta afirmativamente, pero a causa de tu peso. Cuando, tus revolucionarias hormonas toman el mando dejándote imbécil, le preguntas por el estado de las de ella, te deja caer que bastante tienen con lo suyo. Como para apiadarse de las extrañas.     
Recuerdo un desamor patético y doloroso: Fue el primero. Tendría siete u ocho años. Se trataba de mi amiga invisible. Me dejó tras una discusión de lo más trivial.
A partir de entonces arrastro una desmesurada inseguridad en lo concerniente a relaciones amorosas que me hace preguntar más de la cuenta: ¿Debería quedarme o debería irme? ¿Me quieres tirando a poco o tirando a dar? ¿Estás conmigo porque voy donde vayas o porque te dejo ir? 
La palabra mareo se parece a la palabra amor. ¿En qué quedamos? 
Tengo una idea: Vayamos al concierto de EL CARTERO ROCKERO para que nos saque de dudas. 

jueves, 5 de diciembre de 2013

SIN NADA QUE HACER



Cuando no tengo nada que hacer, lo hago todo.
Soy el más rápido en el campeonato local de silla de ruedas sin conductor. El más comilón en el concurso de huelguistas de hambre. El más certero en el tiro con arco, sin arco. El más inútil vocalista en una sesión de karaoke tras el cierre por mandato judicial. Y, si da la casualidad de que no se mueve nadie, el mejor bailarín del cementerio. 
Para mí, un día tiene cero coma horas. Un viaje relámpago es quedarse quieto. Y ahorrar es no dejar nada para el futuro. 
Tengo facilidad para no aburrirme, incluso en extremas situaciones de inanidad. De hecho creo que donde mejor me desenvuelvo es en el vacío. 
Soy increíblemente bueno para nada. Y creo, sin falsa modestia, que es difícil encontrar alguien así. Elevar la ineptitud a elevadas cotas de refinamiento está al alcance de muy pocos. 
Vivo feliz y despreocupado cuando no hay nada que hacer. Esta virtud es el mejor antídoto contra el envejecimiento. Es mi elixir de la eterna juventud. 
Me he hecho un plan de pensiones en el que pago las cuotas cada vez que me embriago y, aunque pueda parecer vanidad publicitaria, me tengo por un diligente y formal pagador.
No hay nada como no tener a donde ir, ni nada que hacer. 

viernes, 29 de noviembre de 2013

PELOTAS EN LOS TEJADOS (Dedicado a Ángel)



En la barriada se juegan partidos con pelotas sin homologación. Las porterías son pedruscos sin red que se montan tras el calentamiento con las piedras que quedan libres de pelo y sangre. Las bajas por lesión se reponen antes de producirse. Cada jugador es un árbitro cargado de razones. El césped es tan gris como el barro. Los colores de los equipos son tan difíciles de barruntar que los goles en propia meta son el pan de cada día. Se distinguen a las figuras por la cantidad de cardenales que adornan sus piernas. En la barriada un gol no se mete, se rebate. 
La primera parte se diferencia de la segunda por el número de latas vacías de cerveza en los córneres. La furia de la juventud hace que las pelotas estén mayormente en los tejados. En el terreno se ríe y se lucha mientras el peor jugador de la liga recupera los balones debido a su facilidad para asaltar casas y en alguna ocasión ha llegado a poner un DVD en el punto de penalti. Al menos, en alguna ocasión hemos llegado a tener moviola
En la barriada también se puede fichar para el próximo campeonato. Y yo voy a proponer a la directiva uno que no podrán rechazar. Es un tipo alto y moreno que, aunque no haga la bicicleta, simplemente por acompañarnos nos hará mejores, en el campo de juego, en la barriada y en los tejados. 

jueves, 28 de noviembre de 2013

HIJOS DEL AZAR



Algunos hijos al asomar sus caras por las vulvas de sus madres reciben cálidos abrazos. Otros, certeros bofetones. Y el resto, ni una cosa ni la otra. 
Unos son llamados para ocupar nobles destinos. Otros se colocan donde pueden. Y el resto, forman masa. Los hijos del azar son lanzados hacia el futuro como si nadie hubiera planificado su caída. Los responsables esconden los dedos tras apretar los gatillos. Saben que el orden estricto solo se mantiene con la apariencia del caos. 
Si no soy hijo de un senador no tengo inmunidad. Si no soy ningún afortunado me pedirán algo más que sujetar mi desgracia. Si no nací con algo más que con lo puesto me mandarán a la guerra para que me gane el traje. Si el azar ha sido tacaño conmigo tendré que ser agradecido con los que me dejan migajas. Y si por algún extraño disparate me revelo ante el albur, sería deseable hacerlo cuando no tuviera nada que perder porque dejan clarito que sería lo último que haría. 
Algunos hijos vienen al nacer con panaderías enteras bajo los brazos. Otros, vienen con más hambre que con ganas de vivir. Y el resto, donde me incluyo, nos hemos comido el pan antes de nacer y, entre retortijones, nos pasamos la vida buscando un sitio donde cagar.        

jueves, 21 de noviembre de 2013

TAN SENCILLO Y TAN COMPLICADO



Con un imán del tamaño del sol se encuentra un alfiler enterrado en la arena de cualquier playa. Con un alfiler se explotan globos tan enormes como la luna. 
Una mirada de comprensión es una manta de suave y cálido tacto para cubrir cualquier alma a la intemperie. Un ser guarecido mantiene más fácilmente alejada su propia inquina. 
El deseo busca saciarse. Si se intenta a cualquier precio, aparece el comportamiento de los vasos comunicantes y la dicha se vacía como la apetencia se llena. Aquí la forma sí importa. 
Un error al enamorarse no es error. Un acierto al enamorarse sí es acierto.
Sentirse parte de algo, te incluye en el todo. Sentirse el todo, de algo te excluye.
Con capacidad de sacrificio se consigue dormir y soñar. Sin capacidad de sacrificio se duerme porque se tiene sueño.
Querer a alguien es sencillo. Que te quieran, no tanto.
Con el viento a favor se puede llegar a buen puerto. Con el viento en contra, también. Tan sencillo como querer llegar. Y tan complicado.
  

viernes, 8 de noviembre de 2013

PELUQUERÍA SECRETA



Dicen en la peluquería secreta que estamos calvos de tanto desmelenarnos, que hemos gastado más en laca que en yogures y más en mechas que en fideos. Nos han convencido de que para tener buena imagen es obligatorio no comer ya que la felicidad está en el espejo y no en la nevera. Nos han dicho que el sentido común es un cuento para bobos, que el que no se endeuda no participa y que sin gastar no se crece. El ruido de las monedas nos ha dejado sordos, pero seguimos bailando al son de la locura en una enorme party de la que nunca hemos formado parte. Los peluqueros en la sombra son los que han marcado nuestro estilismo haciéndonos creer que bajo cada personal corte de pelo hay un cerebro que decide. Han conseguido que pensemos que a la salida de la pelu está esperándonos una verbena interminable. Pero, cuando menos te lo esperas, la fiesta llega a su término y alguien tiene que pagarla. Por alguna razón incomprensible, las peluquerías se han reconvertido en sombrererías. Los que nos han dejado calvos ahora nos quieren vender sombreros. 
La ventaja de haber vivido siempre en crisis es que nunca se te pasó por la cabeza entrar en una peluquería. Y la ventaja de no necesitar ir a la moda es que el cerebro, con calvicie o sin ella, está fuera del alcance de cualquier control remoto.
Dicen los sombrereros que la gente honesta es la menos atractiva, quizá porque en un mundo repleto de paleta integridad no venderían un carajo. 
Dicen que mañana habrá una fiesta de las que no se olvidan. Me voy a por laca que no me queda.

jueves, 7 de noviembre de 2013

TAN LEJOS, TAN CERCA



Desde que Lou ya ni me habla, ni me mira, puedo decir que han saltado todas las alarmas. Ha llegado la hora de la acción envuelta en luto, de la liberación enfermiza, del vértigo ante la orfandad, del pánico ante el cronómetro en marcha mordiendo el fin. No sé si es peor la losa de su presencia o la de su ausencia. He llegado a pensar que en la salvación del frágil chico atontado que fui, el rockero de Brooklyn incorporó subrepticiamente la condena. Y ahora que ha muerto, me deja de golpe en mitad de la escena sin tiempo para excusarme por la inacción, sin tiempo para lamentar la pérdida tan suya como mía, sin tiempo para volar totalmente solo. 
Podía ocultarme cuando él estaba, podía sonreír cuando tenía tiempo para no hacer nada, de todos modos ¿para qué esforzarme en crear copias del original?
Lou se ha ido como se fue mi juventud, como se va mi tiempo. Volveré a coger la guitarra sin que su cínica mirada de sapo me haga sentir insecto. Volveré a guardarla en cuanto un acorde distorsionado haga en mi herida infección. Lo cierto es que no hay tiempo para la cura. Se está haciendo tarde para todo, menos para volver a escuchar sus canciones, estoy más en ellas que en el espejo y si hay música que termina evaporándose es porque sin duda llegó a hervir.  

jueves, 31 de octubre de 2013

LA ÚLTIMA CUESTA



Cada primero de noviembre subíamos la última cuesta tras la cual asomaba el cementerio acompañados de un frío pelón que coloreaba los mofletes. En las manos llevábamos paños y flores para limpiar y decorar las tumbas. El circuito se ampliaba con el tiempo. También nos permitíamos curiosear por ajenas biografías, imaginando cómo fueron, inspirándonos en una foto, en un nombre.
En esas fechas los camposantos son para reunirse y celebrar el paso por la vida de quienes la agotaron. No todo lo cercano a la tragedia lo es. De hecho las tragedias solo pertenecen a los vivos. Todo muerto deja sus pasiones a un lado. La tierra y la losa apacigua al más pintado. 
La calma de la necrópolis nos contagiaba de tal forma que salíamos de allí dejando sin efecto las inquietudes mundanas, al sentir la certeza de que todos volveríamos tarde o temprano. Aunque, a día de hoy, las encuestas confirman que todo quisqui  de corazón en activo opta por ser visitante antes que residente. Pero volviendo a la poética de lo trágico, el temblor con origen en lo impresionables que éramos y no en el frío otoñal, venía de los nichos más recientes escritos a tiza, caligrafía tan provisional como la carne allí albergada. Cuando fuimos ni personas adultas ni niños, el pensar en la muerte nos proporcionaba un extraño alivio entre tanta energía sin control, fogosidad, drama e incertidumbre. Por ello la última cuesta, antes de vislumbrar el cementerio, dulcificaba nuestro carácter, relativizando cualquier tragedia, empequeñeciendo el dolor insoportable que conlleva vivir y agigantando el placer que también atesora. Por ello, subir la última cuesta cada primero de noviembre suponía celebrar que, hasta la más abyectas acciones humanas tuvieron, tienen y tendrán sus días contados.

jueves, 24 de octubre de 2013

HUMO



Los cajones estaban atestados de suspiros fotográficos, de colores con olor a plástico, de golpes emocionales sin fecha. El mueble que los contenía estaba arañado y sin lustre en medio de una gélida habitación decorada con prisas.
La casa había perdido llave y dueño prácticamente a la vez. El inmueble no aparecía en el último catastro, escapando así a las fauces del recaudador. El municipio enfermo de alzheimer había olvidado su nombre. Una vez estuvo escrito en un blanco cartel a la entrada del pueblo que, al caer en la cuneta como lo hace un diente, lo dejó mellado. Pertenecía a un país exhausto, de fronteras difusas, carente de embajadores. Sin un lugar en el mapa estaba abocado a ser una leyenda. Sin un concreto nombre de dominio no llegaba a ser, ni tan siquiera, un país virtual. Su mundo no daba señales de vida en ninguna galaxia conocida. Quizá no haya existido nunca. 
Los cajones estaban llenos de humo. Humo sobrevalorado.

jueves, 17 de octubre de 2013

ARRASTRADO



En el verano del dos mil seis las calles estaban llenas de serpientes y yo era una de ellas. Me ayudaste a cambiar de piel bajo el sol de tu presencia. Creí renacer, pero sigo arrastrándome. 
Eran viejos lugares, viejos tiempos con olor a fracaso tras un éxito nunca alcanzado. Las  fotos eran antiguas antes de revelarse. La dirección jamás fue la correcta y las penas abundaron. Vi un mendigo a la puerta del salón de juegos, una puta en la pared del convento y un poeta firmando un crédito. 
Estando a la altura de los pies se hace dificultoso mirarte a la cara. Tuviste que agacharte para recoger las monedas que esparcí. Poca renta para tanto esfuerzo. 
Los ancianos morían a patadas en la cola de la vida. Pedí la vez y olvidé a quién. Sigo arrastrándome como culebra de ansiedad por entre desperdicios. El oro de tus ojos no merecen verlo, lo sé.
En las tiendas se han agotado los productos y en la fiebre los grados. Nadie compra pimientos en las farmacias, ni amor en un nido de serpientes. 
Cada verano agradezco tus manos extendidas hacia mí, en un gesto desinteresado y repetido, para ayudar a levantar a alguien que nunca estuvo de pie.

miércoles, 9 de octubre de 2013

BESOS AL DESCUIDO



Aunque me duche con enfermiza asiduidad y me cambie de ropa más veces que un único actor en una obra coral, parezco falto de aseo. Soy una andrajosa compañía aunque me acicale con puntilloso esmero. Dicen, no sin razón, que la primera impresión que causo en la gente es de luto, de hecho le entran ganas de mandar flores a mi nicho a través de una empresa de paquetería. No es algo que me moleste. Casi me siento bien en el papel de quien provoca compasión, al fin y al cabo es una forma de ser querido. Que me quieran es lo único que me hace feliz y equilibrado, aunque sea por excéntricos y falseados caminos, al menos así no me pueden odiar. 
Aparte de lo anterior, también tengo secretos. Los inmundos me los salto. No soy masoquista: Atesoro firmes conocimientos. Sé que dar besos al descuido seduce a las almas más ricas. Un abrazo sin pedirlo ablanda al más pintado. Ser respetuoso con los desconocidos sin motivo aparente te hace algo más guapo. Tener un gesto tranquilo ante una ofensa, confunde al más desatado. Sonreír sin sarcasmo invita a que los demás se unan. 
De todo lo anterior, solo me esfuerzo en llevarlo a cabo con los míos. Y lo consigo a duras penas. 
Nunca he dado un beso al descuido si antes no me lo dieron a mí. Nunca abracé gratuitamente. Siento desprecio de quien nada puedo sacar. Me caliento ridículamente cuando se ríen de mí y me río a mandíbula batiente cuando es otro el objeto de burla.
Lo cierto es que, por mucho que me duche, apesto.

viernes, 4 de octubre de 2013

PREFIERO EL CAMINO LARGO Y DIFÍCIL



Llamadme perdedor, lo agradeceré.
El sacrificio tiene un no sé qué. La pérdida te da una posición ventajosa, cercana a un raro triunfo. 
Cuando caes hasta el fondo, un cielo te espera.
El grado de mejora se mide con la cantidad de fracaso continuamente acumulado.
La encrucijada es una oportunidad de negocio, si no equivocas la dirección. Todo acierto es relativo. La facilidad vende los duros a pesetas. Los que crecen a costa de empequeñecer a los demás, tienen la esclava certeza de que forman parte de una cadena irrompible. Nunca serán libres. El desprecio al resto se lo impide.
Prefiero ser víctima a verdugo. Prefiero caminos dificultosos a atajos de victoria. La competición es un cuchillo que separa a los vencedores de los vencidos. A no ser que únicamente lo utilices contigo para recortar tus excrecencias. Y si alcanzas el pulso de un cirujano en la maniobra disectiva, compartirás lo mejor de ti con los demás en el cajón de las medallas de oro. A eso le llamo competición. 
Competir es perder. 
Perder es compartir.
Aunque no lo consiga, ese es mi sueño.
Llamadme soñador, lo agradeceré.

viernes, 27 de septiembre de 2013

ACELERANDO



Sacar el pie por los bajos del vehículo al pisar a fondo el acelerador. Activar bruscamente el freno de mano en la curva más cerrada. Insultar con rabia a los paisajes desenfocados que se pliegan velozmente como cortinas laterales deseando ser apolilladas telas de estelas. Envejecer más rápido que el mundo. Perecer antes de que la pereza te tiente. Agotar el combustible sin tiempo para repostar. Expulsar pesares con desdén por el tubo del motor como humos abandonados. Abrigar contratiempos para sobrepasarlos con arrogante facilidad. Pasar por las ciudades antes que el GPS. Estar tranquilo cuando el puente se hunda y cruzarlo incluso sin él. Escupir al demonio para que a Dios le duela. Acelerar cuando todos aflojen. Desobedecer toda orden con militar espíritu. Salirse de la atestada fila para ver como se aleja sin ti comprobando que con la velocidad hasta los gusanos parecen líneas continuas sin dejar de ser puntos suspensivos.
Circular a tumba abierta te la abre y te la cierra sin importar quien la ocupe. 
Acelerar es querer estar delante. Estar delante significa tener todo atrás, lo grave y lo ligero. 
Acelerar es salirse de la vida cuanto antes intentando alcanzar el perdón por haberla vivido, con alegría y sin dramas.  

jueves, 26 de septiembre de 2013

DE CABALLOS Y BICICLETAS



Mis rocinantes músculos nada tienen que hacer frente a tus tubos de aluminio. En la carrera me deshilacho como frío pollo cocido para ropa vieja. Tu diseño se ha hecho expresamente para correr; y brillar; y lucir. 
Terminaré siendo trazas en hamburguesas de importación detenidas por las autoridades sanitarias en la frontera. Terminarás en un lindo expositor de cristal cuidadosamente iluminado en el museo de la rueda.  
Resoplo penosamente cada vez que me pongo al trote. Silbas con elegancia al deslizarte por la pendiente. 
Tardé tiempo en descubrir que las herraduras no las había perdido en mi mejor competición, la cual no recordaba muy bien. ¿Herraduras? Nunca las tuve. ¿Competición decorosa? Jamás existió. En cambio tus ruedas no se pinchan y tus campeonatos no se pierden. 
Vale que tan romántico puede ser una bicicleta de paseo como un caballo percherón en una película con música de piano y a cámara lenta, pero dime por qué los policías escogen caballos a bicicletas. En un caballo, imponen; en una bici dan risa.
Las carreras no han sido lo mío. Podíamos quedar en un punto a mitad del camino donde dan cerveza con papas y después seguir juntos, sin prisas, mientras hablamos de caballos y bicicletas con música de fondo, de piano por supuesto.

sábado, 21 de septiembre de 2013

NADIE COMO TÚ ( A mi hermana)



"Qué fácil es ser feliz con alguien como tú", le dice mi madre a mi hermana cuando es cierto. Y cuando no.
                                 
He tardado medio siglo en sofocarme con mi desagradecida actitud ante quien no dudó en sacrificarse por alguien erróneo. He tardado media vida en conocer al ser más ingrato, chusco y miserable que ocupa la extensión de mi piel. Sin golpe no hay moratón. He tardado lo que tardan los necios en descubrir que, sin sorda y desinteresada ayuda, el poder como el orgullo se desvanecen a la velocidad de la luz si el único sostén eres tú. El odio nace en la debilidad, el rencor en la ignorancia y la crueldad en el miedo. 
Ella siempre fue un lastre para mi desarrollo. Un estereotipo de todos mis fantasmas. Una guía para no guiarme. Un almacén donde ocultar mis frustraciones. Un ideal vertedero para todas mis excusas. Un despreciable contrapunto a mi excelencia, capaz de enloquecer para hacer que a su lado yo parezca lúcido. 
Hasta que pensé en mí sin ella. 
He tardado demasiado tiempo en abrazarla, en llamarle hermana, en comprender que mi felicidad también ha dependido de la Loli. En reconocer ante mis amigos más punkis que la obra de Camilo Sesto también me gusta. 

"Me ha costado años decirte que no hay nadie como tú. Y que tu entrega ha posibilitado mi felicidad. Y que no hay vida más aprovechada que la que se sacrifica. Siempre te traté de tonta y, el tonto siempre he sido yo. Necesito que sigas a mi lado para continuar siendo feliz, infame y aprovechao", le quiero decir a mi hermana cuando es cierto. Y cuando no.

jueves, 19 de septiembre de 2013

SILENCIO FORZADO



Extremos que pisan la media. Medianías que se hacen llamar transgresores. Gritos de mudos. Panacea de sordos. En una posición alejada solo se puede confiar en el eco. Las paredes rodean con sus ladrillos carne. Mendigos solitarios ayunan en oquedades de piedra para no romper el silencio. Más allá de la comprensión está el murmullo de babel. En la soledad se acumulan las respuestas. Aquel que se retira vertiginosamente no desea preguntas. El silencio forzado es un búnker de almas vencidas. El silencio elegido es una transitoria pensión de carretera en un viaje sin destino para seres en libertad. La fatiga, simplemente cansa. La cobardía, derrota. 
Callar cuando se debe gritar fortalece a los sórdidos infames. Callar cuando quieren que grites los debilita. Somos extremos que nos pisamos la media. Somos medianía de vanguardia. Gritos de mudos. Pan para nuestra propia sordera. Dentro nuestro convive el conocido y el extraño; el pobre y el hacendado; el astuto y el necio; el altruista y el ególatra; el depresivo y el eufórico; la víctima y el verdugo; el amable y el antisocial; el libre y el esclavo; el parlanchín y el sordo. Pero por una rara enfermedad solo aceptamos como nuestro lo que nos ilumina, para expulsar con odio hacia los demás lo que nos oscurece. Y de tanto gritar aberrantes axiomas, ya no decimos nada. 

jueves, 12 de septiembre de 2013

NO ESTOY SEGURO



Un chorro de agua fresca cae por el tobogán del esófago antes de acabar la noche babeando en el colchón. Un cálido sueño estimula los cuerpos cavernosos. Mañana el amanecer esperará a que yo despierte. El vigor juvenil en mis células parece no haberse desvanecido nunca. Los ojos están tan limpios que reciben la luz como por vez primera. El café está recién hecho y no por mí. Las tostadas tienen el brillo perfecto por un aceite que tampoco yo rocié. La canción que suena en la radio es de las que alegran y pacifican hasta a los espíritus más soliviantados. Incluso la ropa elegida para salir me favorece. Voy por la calle con paso vacilón al borde de gustarme. Pero, tras un rato de dulce flote, no estoy seguro de que la realidad comulgue con mi sensación de bienestar. De hecho tanta felicidad me resulta inquietante, extraña e increíble en su totalidad. Un momento de placer no hace olvidar una vida de asco, llena de desatinos, incertidumbres y torpezas. Uno se acostumbra a su propio mezquino vivir, a su total falta de nobleza, a su incapacidad para manejarse dignamente, a su apatía ante la degradación o a su pestilente victimismo con lo que todo se justifica. De hecho, tanto malestar me crea dudas. No estoy seguro cuando me siento mal. Ni cuando me siento bien.    

jueves, 5 de septiembre de 2013

SIN MEDICAMENTOS



Cuando la salud acaba empieza la enfermedad. Cuando los grados se vienen arriba la fiebre luce en la piel como un letrero encendido clamando atención. En ocasiones el médico no está y sin receta no hay medicamentos. Cuando se cruza el protector túnel de la felicidad llega abruptamente la intemperie y con ella la indefensión. El dolor suele vencer a golpes de sustos aunque se muestra inútil contra la medicación o la insensibilidad y no hay nada peor que sentirse innecesario. Tras una eufórica fiesta todos parecen tristes, menos los que no lo parecieron antes. Un corazón roto cicatriza más velozmente cuando más rupturas sufrió. En un hospital se hacinan pacientes sin medicamentos, enfermeras sin bata y doctores interviniendo sin instrumental. El servicio de ambulancias se hace a pie y el personal sanitario pide perdón a los enfermos en camilla durante el trayecto porque es lo único que hay en el botiquín de primeros auxilios. Los pacientes más comprensivos no se mueren hasta que no llegan al hospital, unos por solidarizarse con el gremio y otros simplemente por pura educación. Por ello mismo, cuando se pierde la salud de cuerpo o de alma, no se debe olvidar a quienes jamás la tuvieron. Nadie puede evitar la desgracia o la enfermedad, pero todos podemos, a falta de medicamentos, llenar los botiquines de perdón y consuelo.

viernes, 30 de agosto de 2013

MAR NEGRO EN LLAMAS



"Se traspasa crematorio por no poderlo atender.
Se asegura clientela de paso en su totalidad".
Tras leer un anuncio tan en consonancia con su estado vital, llamó, no por coger el negocio, sino por ser el último cliente romántico antes de que una multinacional deshumanizara aquel mar negro en llamas con fríos intereses lucrativos. 
Pensar en ser el último incinerado a la vieja usanza le proporcionaba una placentera serenidad. Apaciguaba inexplicablemente su tormento. En ocasiones, la pócima más venenosa es la medicina más correcta. Si siempre has vivido en un mar oscuro, únicamente las llamas te obsequian luz. 
Soñaba con ser brasas exentas de rencor; con ser cenizas de fuego pacificado; con ser volátil e inofensivo humo blanco elevándose. 
Tras volver a su realidad tan en consonancia con sus hábitos, llamó con inusitada expectativa. Le contestó una voz impersonal diciéndole que marcara el uno si quería una cremación sencilla, el dos si prefería una incineración más pomposa y el tres si quería que sus restos formaran parte de un increíble espectáculo de fuegos artificiales. 
Decepcionado, puso un anuncio en el periódico:
"Se traspasa cuerpo por no poderlo incinerar dignamente".   

jueves, 22 de agosto de 2013

SON RUMORES



Hablar por hablar calma desasosiegos, debilidades e incertidumbres. Sujeta troncos de raíces podridas. Perfuma los humores en origen.
Dictar rumores con palabras de juez sin conocer el caso es como escupir al aire sin viento. Los rumores se alimentan de pulcras gargantas con los vientres podridos. 
Dicen en un vertedero que alguien sobra. 
Dicen que un comportamiento imprevisible no puede preverse.      
La mentira es una avalancha grandilocuente, la verdad un tímido susurro. 
Quizá mañana el sol resplandezca. Tal vez de los matorrales surja una flor impropia.
Poner el grito en el cielo contra los otros es olvidar el sitio desde donde se profiere.
No hace falta mucha preparación para espolvorear rumores. Tan solo se necesita formar parte del polvo. Y tener la mano floja. 
Señalar imperfecciones a derredor solo sirve para exponer a los focos un dedo necesitado de urgente manicura. 
Que sepas amigo mío, que tan solo hablo por hablar.



jueves, 15 de agosto de 2013

PEQUEÑECES PARA UN MUNDO EMPEQUEÑECIDO



Con una caravana a punto del desguace se puede recorrer veinticinco veces el mundo. La coherencia es evidente: Chatarra pisando Chatarra. Total, el mundo está pidiendo una ITV a gritos. 
El cuenta-kilómetros miente más que cuenta. En la litera duermen chinches del tamaño de humanos. En la cocinilla, las llamas de los infiernillos apenas se sostienen por la falta de oxígeno. Las bisagras de las puertas no chirrían, producen lamentos. La decoración se basa en los cuadros multicolores que aporta la opacidad de las ventanas que, para airear el vehículo, nunca se abren.    
En la ruta hay cruces de caminos en los que se ridiculiza a Satán al caer con su ambiciosa e inocente maldad en innumerables toco-mochos. 
Hay áreas de servicio sin servicio, si exceptuamos los que las putas ofrecen. En las gasolineras los surtidores son rellenables, dan garrafón. Las autopistas están hechas de facineroso asfalto e infladas comisiones de favor. 
Las ciudades son trampas hasta para los agujeros. La atmósfera es una red mutante tan estúpida como tupida. La necedad empequeñece todo cuanto toca.  
El mundo está encogiendo por momentos y llegará el día en el que será tan solo un ínfimo garaje. Ni la mugrosa caravana podrá aparcar en él. 

jueves, 8 de agosto de 2013

LA LEY INGRATA (y VI)



Nada podrá conmigo si me veo amado de ella. La condena no será nada.
El miedo no tendrá que ver conmigo. Humo seré, ensoñación para cualquier fuego, para cualquier demonio de los nueve círculos del infierno. Escaparé del grito en el horror para depositarme en el eco dulce del chasquido tras el orgasmo. Compondré una última coda a base de silencios. Su amor rozándome convertirá mi enraizada cobardía en briosa determinación. Etéreo y profundo pasado seré para el arqueólogo más avispado. Humo feliz que se escapa tras el incendio. Seré transparente si me siento amado de ella. Humo de otra realidad al verme amado. Consentiré en perder la vida mañana, hoy incluso. Y si ello ocurre, la Ley Ingrata, tan presente para todos, no podrá conmigo ni hoy ni nunca.

viernes, 2 de agosto de 2013

LA LEY INGRATA V



Andar sobre una alfombra no es andar. Hace falta notar las piedras, no el pelo.
El yeti busca al hombre que fue, por ti. Por entre la nieve rebusca como un loco tus huellas invisibles. La realidad rehuye hasta de su propia existencia. El peso es insufrible, demoledor. Agazapado en las altas montañas percibe la huraña presencia de la humanidad. Decidió esconderse cuando te perdió. Esa amarga realidad le hizo retroceder en la escala evolutiva hasta el llamado eslabón perdido. El hechizo de tu ausencia lo volvió rocoso, lunático. En su realidad transita tu memoria brumosa como una tiránica niebla, eternamente a la fuga. Cuando le dijiste que no, le dejaste en una carretera cortada, almibarada de vacío, con las señales inservibles y el destino suspenso. Mas vale solo que sin ti. La razón se le derritió como la cera se consume por una vibrante llama. El trastornado yeti no ha dejado de andar desde entonces, condenado a buscar un destino inviable, tanto como su realidad de jirones hecha. El amor exento le fulmina la razón y deambula por níveos páramos como hacen las víctimas tras una catástrofe de asimilación imposible. Contigo, el yeti enamorado parecía un encantador peluche; sin ti, parece un horrible corredor sombrío en una maratón a la que le han hurtado la meta, escupiendo a su paso fiebre, dolor y locura. La realidad de tu falta convierte al temido y musculoso yeti en un vulnerable guiñapo, infructuosa masa de absurdidad hasta para el circo menos exigente y escrupuloso. El yeti fue humano cuando soñaba que le querías. Hasta que le dijiste que ya no. Entonces la realidad, de ingrata ley, le devolvió de golpe a su naturaleza de yeti con todo su pelo salvaje. Pelo restituido en su honor al cubrir una bestia libre y no una dependiente anomalía. 

viernes, 26 de julio de 2013

LA LEY INGRATA IV



Me pillas buscando lo valioso que hay en mí. 
Dentro de un rato saldré de la cueva con la respuesta. 
Dificultosa búsqueda donde la luz no llega. Puede que me pierda si no recuerdo por donde entré. Hierros retorcidos jalonan mis sendas como escombros tras choques frontales con los pasajeros momificados. Aquí no llegan los bomberos. La cara se me llena de telarañas al acercarme a algunos rincones abandonados, incluso por las arañas. Oigo crujidos burlones al pisar caracolas vacías. En el estómago encuentro lápidas a medio disolver, huérfanas de muertos. Dicen que venimos de serie con un cielo y con un infierno. He dado ya dos vueltas y el paraíso que me toca parece no haber estado nunca aquí. Cuando salga pondré una denuncia por robo o por estafa. Algo se mueve cerca de lo que parece un antro. Son mis partes blandas quemando papeleras como furibundos manifestantes. Mejor refugiarme en la médula. Aprovecho para coger un nervioso y destartalado ascensor que me lleve a la parte más sensata. Hay ininteligibles voces gritando. Mas bien son gruñidos enloquecedores. Mi memoria miente más que recuerda. La razón me enseña tres cartas encima de un cartón para que elija una. Y la hipófisis me guiña el ojo derecho o el izquierdo indistinguible por un maltrecho maquillaje, a la vez que saca un pecho tan seductor como un pañal usado de la cuarta planta. 
Necesito que me pilles saliendo con la respuesta.
Gracias por haberme guardado lo valioso que hay en mí. 
Se hubiera ensuciado o perdido si me lo hubiera llevado dentro.

jueves, 18 de julio de 2013

LA LEY INGRATA III



Rodeados de un viento furioso nos buscamos como animales en celo. Es la pura ley escrita desde el comienzo. Nadie escapa a su destino. 
Hay matorrales en el salón que nunca antes había visto. Igual llegó la primavera y soy incapaz de notar su calor. Afuera florecen alcornoques, menos yo, siendo el mayor de todos. Quizá necesito salir pero, si no oigo tu llamada, soy incapaz de moverme. Y embobado veo como se me pudren los espermatozoides. Es tan entretenido verlos morir que lo de fuera me es indiferente. A no ser que oiga tu voz y me saque del ensimismamiento de golpe. 
He visto una flor en el sumidero, un gato callejero en el desván, una galleta en el armario. Es un hecho que necesito salir.
El móvil permanece siempre cargándose por si llamas. En llamas permanezco mientras espero. 
Hago planes para la fuga. Tras la estantería de los libros escondo una cucharilla de café con la que estoy haciendo un butrón. Tarde o temprano sacaré la cabeza fuera. Sabré que lo he conseguido cuando me azote el viento furioso, cuando suene el móvil o cuando un gameto mío se revele a la ley ingrata.

jueves, 11 de julio de 2013

LA LEY INGRATA II



En el sofá habitan pesadillas de todas mis siestas desordenadas en forma de ácaros fornidos. Sus aguijones se clavan como finísimos pelos al sentarme y los sarpullidos colorean de rojo la piel de mi descanso.
La televisión espolvorea cadáveres alrededor en diferido. Intento evitar que los fragmentos ensangrentados me sepulten antes de que la realidad se demore.  
Busco un mundo mejor en otro canal pero acabo cayendo al vacío desde el precipicio de la vigilia. Un golpe y un crujido me entrega al sueño más sucio, más vil, más mío.
Me niego a despertar si no te vuelvo a ver, si no está a mi alcance tu pelo, si no vibra en el aire tu voz, si no hay rastro de tu aroma para husmear.
Atenazado engullo pensamientos malsanos, trillados, purulentos. 
La realidad se me cae a pedazos vencida por un sueño sobrecogedor, igual que la vejez expulsa sin compasión cabello y dentadura. Bajo el sofá quedan huérfanos mis dientes y mis pelos. Sobre el sofá tengo un cuerpo decadente entregado a una victoriosa pesadilla.
He dejado de pelear al saber que no te volveré a ver.
El sofá es mi mortaja y el sueño mi condena.

sábado, 6 de julio de 2013

UNA NAVE INDUSTRIAL EN SU PECHO. (Dedicado a Santi)



Su pecho es del tamaño de una nave industrial. Es el único espacio que encontró para hacer una fiesta donde meter a su gente y se quedó pequeño porque había que compartirlo con su corazón. Con todo, organizó la imposibilidad quitándose de en medio, laminando su pulso, regalando sangre y vida a espuertas. 
Su semana solo tiene sábados por la noche. Su universo pertenece a la sexta dimensión. Pero no es para él. Es para quien se acerque. 
En la fiebre de vivir hay grados. Los hay que viven en el frío, y con suerte se conservan, pero la vida empieza a partir de calentones y evaporación. 
Su incomprensión del mundo es innata y dolorosa, pero nunca se ha rendido. Mi humilde tarea fue y será intentar no añadir obstáculos, no colocarle trampas, aunque conociéndome lo tengo jodido. 
Su calva cobija desiertos, y el que proporciona sombra recibe el sol de pleno.
Si alguna vez le desahucian de la nave industrial de su pecho no será por no pagar. Será por falta de gente compartiendo riego sanguíneo. La soledad lo mataría. Y la caja de cerillas que es mi pecho no soportaría la culpa y el asco que yo sentiría todos los sábados a la noche. Con el tiempo, igual…

viernes, 5 de julio de 2013

LA LEY INGRATA I



Dulce tarta de caos preparada para hornear mientras llegas. Los ingredientes salieron de mi ansiedad desperdigada por las lejas del frigorífico de mi pecho. 
El reloj de la cocina marca eternidades. La luz mortecina del atardecer asomando por la cristalera me presta un delantal burlón, inútil para esquivar salpicaduras de ausencia.
El horno precalentado acabará en llamas si no apareces. La tarta se secará con rachas ingratas de viento venidas del patio de luces.
Intento poner orden en el cajón de los cubiertos y descubro una guadaña que el demonio olvidó cuando le invité aquel otoño antes de conocerte.
La fiera vuelve cuando no estás. La pared recién pintada me recuerda la ruina que fui. Piedras amontonadas sin sentido hasta que tu mirada las hicieron muro. 
Cae una lluvia fina sobre la calle por donde vendrás, dando al asfalto un brillo de aceite como con brocha.
Una canción de tu gusto suena a lo lejos para adornar mi tortura.
Y yo miro la rancia dulce tarta de caos estampada en el cubo de basura.
Enfurecido busco la guadaña.
Un alegre timbre hambriento llega y retumba.

viernes, 28 de junio de 2013

HUYENDO CIRCULARMENTE



Quiero escapar de mis zarpas de terciopelo retráctil, de mi discurso perecedero y de mi fronteriza piel. 
Entre el fondo y la superficie se desliza un desasosegado ser aburrido como la nadería, insomne cual guardián a tiempo completo. 
Odio la valla sin portezuela que es mi cráneo y la fuente de piedra que es mi cerebro. Quiero huir de los clichés que imponen mi asustadiza voluntad. 
Estoy preparando un plan de fuga atiborrado de sencillez en el que la mayor dificultad radica en llevarlo con la suficiente discreción, teniendo en cuenta mi limitada capacidad para el autoengaño. Con suerte conseguiré despistarme. Cuando creo alcanzar tamaña insensatez, la realidad me devuelve al sitio desde donde partí con la triste sensación de haber recorrido una rotonda. 
Me gustaría verme como un extraño con quien nada en común tiene, para justificar el desprecio. Mas cuanto más me abandono, más me encuentro.
Aceptar que no hay escapatoria lleva toda una vida. 
Y probablemente yo necesite un número mayor de vueltas a la rotonda para comprenderlo. 
Pero todo aquel que huye circularmente ni avanza, ni comprende. 

jueves, 20 de junio de 2013

SÍNDROME DE LA PISTA VACÍA



No quedan abrigos en la guardarropía, ni gente en la pista de baile y apenas quedas tú. Los altavoces se han quedado mudos pero insistes en bailar por pura inercia y aún así no llevas el compás. Acabas tropezando, extendiéndote por el suelo con espasmódicos movimientos y piensas lo fácil que resulta el break-dance. Te ves bien, a pesar de que se te olvidó ponerte las lentillas. No notas los esguinces de tanto alcohol acumulado en los tobillos. Mañana, los hinchazones te parecerán calienta-piernas de color púrpura. El recoge-vasos te ignora hasta que los reúna todos. El empresario te ignora hasta que haga la zeta. El portero te ignora hasta que le paguen y quien cobre seas tú. Las luces se apagan mientras crees que, con los pilotos de seguridad, tu móvil silueta es más atractiva. 
Al día siguiente habrás perdido el gabán, la figura y el atractivo. 
Te gusta ocupar pistas vacías, triunfar en concursos grotescos, llevar el ridículo a la enésima potencia, dilapidar dignidades. ¡Dios, cómo te comprendo! ¡Cómo me identifico!. Menos en una cosa: yo bailo peor y más solo que tú. 
Es bueno tener competidores: obliga a esforzarse.

jueves, 13 de junio de 2013

SUSURROS EN LA CIUDAD (Dedicado a Gonso)



Habiendo recorrido los puntos muertos en todos los callejones, queda indecisión, locura y hambre.
Juntos barrimos la suciedad de las altas horas en decadentes bares, en amaneceres consternados, en trayectos agotados.
La amistad se robusteció cuando peores fueron los escenarios, cuando el asfalto fue cielo y la atmósfera petróleo.
A veces un recuerdo contundente es capaz de sustituir a la presencia y el poso puede ser agridulce por su falta de proyección pero, lo que queda es inamovible, alegre y poderoso.
Juntos saltamos la hoguera sin quemarnos porque ya éramos ceniza.
Para la ciudad, cruzarla fue un rumor clandestino, para nosotros, un dulce susurro.
La estrategia de unir soledades se convirtió en ventaja, en ricos dividendos, en ligera confianza. Sobre todo cuando los atolladeros campaban a sus anchas.
Habiendo traspasado infiernos, habiendo permanecido en la enfermedad, habiendo oscilado en la punta de una rama al borde del precipicio, nos ofrecimos franco inconsciente apoyo.
Si la ciudad ya no nos ve, al menos nos ha visto.
Queda en esta melancólica amistad, agradecimiento y respeto que se esparce por la ciudad como un susurro.  

jueves, 6 de junio de 2013

ESCONDIÉNDOSE



Ante un mundo extraño y feroz prefería poner a buen recaudo sueños y recuerdos. Se escondía por entre los pliegues de su piel debido a su timidez acumulada. Su propio nombre debía de andar perdido por entre su rugosa dermis como una suposición en un axioma. A punto de agotarse el futuro, su pasado pendía de un hilo. Para todos tenía una sonrisa que ofrecer en perfecto equilibrio entre la demencia y la bondad. Fotografías no detienen temporadas. 
Tenía sus ahorros depositados en una caja de música con la melodía a un alto interés. Tenía el candado sin llave, la estufa sin gas y la luz sin sombra. 
Todos le llamaban por otro nombre, menos por el suyo. Lo había escondido a conciencia por entre los pliegues de su pellejo, huérfano ya de carne. El juego del escondite lo empezó en la cuna. Y a la muerte le costaba acabarlo al buscarla por un nombre que no era el suyo. La vejez nunca ha sido el mejor escondite, ni el olvido la mejor copia de seguridad. 
Jamás se reconoció en fotos de primer plano. De hecho, la imagen de su carnet de identidad era un escenario sin figura, un helado mucho tiempo atrás derretido, una nota donde ponía con caligráfico temblor: Vuelvo en setenta años. 
Murió escondida en el anonimato. De hecho, su esquela fue publicada en el Boletín Oficial del Estado entre incomprensibles leyes, tan mundanas como feroces. Quedó en soledad, en paz y a salvo, con un nombre que nunca fue el suyo.

jueves, 30 de mayo de 2013

EL MULO EN EL BAR



A las ocho en punto se encontraba a diario Jorge "el mulo" en el bar tras el trabajo, con la espalda tatuada en sudor, los nudillos a muescas y los ojos al borde del incendio. Saludaba con un inquietante gruñido, igual que el ruido de fondo de un potente amplificador al encenderse, dejando claro que algo iba a ocurrir. Del mismo modo podía romperte las costillas con un golpe o con un abrazo. Un hombre de excedido formato produce acciones desmedidas con naturalidad. 
A las nueve menos diez ya habían labios partidos en el callejón. Pero solo de los que pertenecían a boca-viles. Jorge era un lápiz corrector; un látigo para infames; un vengador de los débiles; un bruto con el corazón aterciopelado; una roca necesaria en el jardín. 
A las once iba al wáter como se dirige un camión articulado de camino al muelle de descarga. A su vuelta se le oía rumiar entre dientes lo mucho que le gustaba pegarse un baile de vez en cuando y yo imaginaba un transatlántico en plena tormenta. Hacíamos buena pareja: Jorge "el mulo" y Finico "el na de na".
A las doce, el camarero cerraba el bar con nosotros dentro. Y entonces disfrutábamos de la facilidad de palabra de Jorge "el mulo". Una vez le contamos hasta tres. Agotábamos el barril de cerveza y nos despedíamos de Jorge con alegre camaradería, pero sin abrazos.

jueves, 23 de mayo de 2013

CASI TREINTA AÑOS NO SON NADA



Al albur de la infamia quedó anclado lo que fue nuestro futuro. Nos vendieron que nos pertenecía casi sin poder disimular su descojono con tamaño embolao. Total, cuando nos diéramos cuenta, unos estarían en las entradas de los diccionarios y otros criando malvas. Y no necesariamente en ese orden. No me veo escupiendo libros y sepulturas a diestro y siniestro. 
La ventaja de haber sido cándido y piadoso es que con prontitud te crecen las dudas y los recelos como los pelos en las pelotas. La ventaja de tenerlos ahora blancos es que sirven de aviso para las nuevas hornadas. 
La actualidad es un yogur a punto de caducar pero con el tiempo adecuado volverá a estar dispuesto para una nueva fermentación. Pongamos treinta años y todo volverá como si jamás se hubiera ido. Parece que no haya pasado apenas nada tras un reguero de almas rotas, castigadas y lo que es peor: vencidas.   
El mundo conocido padece una ciclotimia rampante y no puede pagarse la medicación.
Tarde o temprano se vuelve al principio. Lo afirmo desde la humildad de mi inservible vejez. Enjuto y malgastao os digo, por si le sirve a alguien tan confuso y perdido como yo, que casi treinta años no son nada. 

jueves, 16 de mayo de 2013

PIRAMIDAL



La base de la pirámide se ahonda y ensancha mientras la cúspide se estira afilada hasta clavarse en el culo de un dios indolente, aburrido y anestesiado. Habrá que esperar ayuda y compasión del ángel caído, más cercano a nosotros desde su pozo del infierno, que del padre eterno desde el complejo residencial celeste donde holgazanea. Olvidó a sus hijos de tanto hacer vida de soltero.
A falta del papi original bueno es un padrastro como el demonio. 
Enterrados en la base de la pirámide nos piden más esfuerzo, más conformidad y más entrega. Como si huesos pelados ocultaran músculos. Como si cuencas vacías se negaran a mirar por puro capricho. Como si los hogares desahuciados lo tuvieran bien merecido por ocultar bajo el felpudo deseos e ilusiones por encima de sus posibilidades. No somos hijos de millonarios dilapidando fortunas. No somos un ejército bien uniformado. No somos bebés-anuncio de tiernas sonrisas. Con tejidos harapientos no se hacen desfiles glamourosos. A la cima no llega el hedor. Ni debe llegar.
De pequeño me vendieron unas preferentes. Todas las pirámides se construyen con ilusos. Aunque yo sigo pensando que fui de alta cuna, pero me cambiaron en un descuido. Yo y mi maldita manía de tener buen dormir. 

jueves, 9 de mayo de 2013

CORAZONES ROTOS Y RECICLADOS



Amores usados, tirados al contenedor sin bolsas anti-goteo, un domingo por la noche, con el pijama puesto y la conciencia tranquila. Es cuestión de emplazamiento. Si ocupas el lugar del klinex te toca sufrir; si estás limpio de mocos y en cama, te toca soñar placenteramente.
Un basurero le comentó a un desconocido en una charla de bar que cada noche se le partía el alma al recoger corazones rotos en vez de inmundicia. El fulano a quien dirigía sus inquietudes le replicó, no sin cierta retranca, que para ser operario del descombro tenía una sensibilidad de cristal cercana al atildamiento y una percepción errónea. Claro que recogía inmundicia, pero inmundicia enamorada.
Un bote atado a un coche de recién casados se alegra por abollarse de camino al aeropuerto. Al principio los golpes son caricias si forman parte de una ilusión. Ilusión  que al final inexorablemente se fractura, liberando todo el dolor que desde el principio allí estuvo. Los cardenales atestiguan la púrpura ingenuidad. 
Un anciano de corazón mil veces partido y reciclado ríe a carcajadas enseñando la carne de dientes huidos al paso del camión de la basura. 

viernes, 3 de mayo de 2013

NACIDO PARA ACOSTARME



Dicen que dormir es ver pasar la vida con legañas, ausentarse del meollo, perder oportunidades, dar la cara con la espalda e incluso llegar tarde para vivir. Quizá yo sea un espíritu burlón o una alma cansada, porque no me creo lo que dicen. Siempre tengo sueño y dormir me alimenta, me fortalece. Me renueva ausentarme de la vorágine, desaprovechar billetes, llegar el último a mi entierro y cucarles el ojo por la pitaña a los presentes desde el floral expositor. 
Dicen que la ciudad es una trampa para lechugas de mentol, para conejos con plumas y para sucias palomas de dientes careados. Todo conduce a la escapada. Tan lejos como sea posible. Mi dorsal es un pijama en la carrera hacia el sueño. 
Hay que salir de la pequeñez, con el tanque cargado de combustible, mientras la juventud lo permita. La desbandada es un hecho. Las autopistas amontonan jinetes solitarios. Nacidos para correr. Pero, cariño, no soy uno de esos. Yo nací para acostarme en un motel llamado colchón. Mis llantas brillantes son dos cálidas zapatillas de andar por casa y mi meta es un despertador. 
Dicen que el mundo se ensancha en la despedida, que el suelo se ve mejor desde una noria, que el suicidio es un modo de esconderse, que un beso sabe mejor en el recuerdo, que todos hemos nacido para correr. Pero, cariño, yo nací tan solo para acostarme.     

jueves, 25 de abril de 2013

DESPERTAR



La defensa obliga despertar cuando un sueño es atacado. La violencia nunca es justificable, a no ser que se utilice para defender la debilidad, propia o ajena. 
Llegado a un punto de no retorno, lo idóneo es no mirar atrás. La musculatura se mide en cuerpos generosos y el sacrificio anida en la virtud. Hablo de lo que carezco. Hablo de lo que admiro. Quien tiene poder, tiene un tesoro. Quien ha sido bendecido con la fuerza también debería ser condenado con la responsabilidad.
Despertar es a levantarse como luchar es a entregarse. Hablo desde un sueño profundo incapaz de atender vigilia alguna. Y es lo más contrario al orden exacto. 
Reniego de las posiciones privilegiadas, sencillamente porque nunca las he tenido.
No lucho porque me falta valor. Y si lo tuviera, no lo usuaria adecuadamente. Lo sé. Mejor no despertar. Mejor ser un dormilón. Los cobardes nunca oímos la llamada.
Otros se levantan por mí. Gracias a ellos, mi despertar es un dulce regalo que no merezco. Las calles están puestas, limpias y defendidas. 
A escondidas me alegra saber que hay seres peleones dispuestos al sacrificio, entregados a la honestidad. A escondidas me apena saber que los delataría con la velocidad que imprime una cobarde diarrea. Hablo de lo que conozco. 
Arrugarse es lo contrario a despertar. Ni defiendo, ni despierto. Otros lo harán. 
A escondidas les admiro.

jueves, 18 de abril de 2013

SIN SECRETOS, QUEDAMOS EN NADA



Solías decir que te gustaba no saberlo todo de mí. Cuidabas mis pliegues oscuros como oro en paño. Decías que así se guardan los cartuchos sin gastar y las sorpresas por consumir. Sabías que en el almacén donde habita la ignorancia solo a ti te pertenece la llave y cual dulce casera poder entrar o salir a tu antojo para llenarlo con ilusiones sin interferencias de la realidad más cruel y prosaica. Decías que sin secretos no se puede vivir y que los planes son para los muertos. Que la emoción de un viaje estalla en un cruce de caminos sin letreros y que las guías se las regalabas todas a los turistas. Tenías los discos sin carátulas, los zapatos cambiados de caja y los carmines más coloristas enfundados en rigurosa piel negra. 
Conocerte me ha ayudado a mantener a buen recaudo el sinfín de miserias que me adornan. Desde entonces me visto con tus sueños que cuelgan de mi armario. Es en la penumbra donde luzco mi mejor perfil. Es en la ausencia donde soy la mejor compañía.
Hace tiempo que me hiciste entender que, sin secretos quedamos en nada. 
Y guardo celosamente furioso el mayor de mis secretos: Nunca te diré del todo lo mucho que te quiero.  

jueves, 11 de abril de 2013

UNA Y OTRA VEZ



Latidos electrónicos claman hacia ti desde un corazón impuro. 
El viento juguetea por entre arbustos calcinados como tus besos en las mejillas de mi calavera, como tu calor hogareño en mi piel de invierno, como tu risa alegre en mi inexistente humor. La disculpa es mi objetivo y el redondel mi dirección. Me he pasado la vida buscándote, escapando de mí. Afuera irrumpe el estallido, dentro florece la mecha mojada. Mantener el mundo enferma a cualquier héroe. Admitirlo es desconsolador, negarlo es necesidad. En brazos vacíos cuece la desgracia. El circo despide a los payasos y las malas hierbas cubren el jardín. Una y otra vez gira el mundo cual torcida ruleta malogrando bondadosas intenciones. 
La decisión enferma con la duda, el vicio con la salud. 
Una y otra vez siento tu falta antes de tu propia existencia. No las tenía todas conmigo antes de hacerte real. De piedra mis huesos sin ti. Palotes de golosina contigo. Debía ocurrir. Tanto derroche de incomprensión merecía un premio y entre bambalinas te veré recogerlo por mí. Eres en mi locura, tratamiento. En mi confusión, claridad. En mi madeja, instrucciones.     
Una y otra vez te agradezco el darme lo que me falta. 

jueves, 4 de abril de 2013

UN DÍA AL AZAR



Entré a un bar con la intención de leer el periódico del día. Lo tenía alguien que por su provecta edad leía la actualidad como si fuera el horóscopo. Mientras el futuro le esperaba sin cogerle, yo salía desinformado. Fui al cine con la esperanza de ver algo interesante. La cartelera me escupió con su anodina propuesta. En el puesto de la ONCE vendían cupones premiados hacía tres meses. Una viuda corría por medio de la calle vestida de novia y los coches frenaban a su paso como si no supieran decidirse por tocar el claxon o, en silencio, dirigirse al cementerio. Un transeúnte llevaba un paraguas invertido para recoger la lluvia. Fui a un parque público y no me permitieron el paso. Quieto me quedé. 
La tarde no daba para más. Fui a casa. Conté los peldaños falsos que hay en la escalera. Eran todos. En mi portal, justo antes de meter la llave en la puerta siempre oía risas. Siempre hice oídos sordos. Ese día entré en una casa que no era la mía. Lo supe porque tenía en el recibidor una carta abierta del banco. Puse la televisión para ver las noticias. No entendía nada. Dieron la previsión del tiempo como si fuera el horóscopo. Los acuario tendrían lluvia. Los leo, sol. Me alegré de haber nacido en julio. 

jueves, 28 de marzo de 2013

MERLUZA



Estoy cocinando merluza para ti. Falta poco, algo así como una eternidad. Lejos está el sabor, el aroma, la satisfacción. A favor tengo los ingredientes, en contra el chef. Me equivoco de especias, de cubiertos y de mantel. El exceso de picante colaborará a que te excedas en la bebida. Menú engañoso para translucir mi fealdad. El cocinero tiene armas para seducir si el vino es abundante, los chistes malos y la cama limpia. El pescado perfuma el asedio, la salsa ayuda en el baile, el gorro oculta una frente más que despejada. Tras los vapores se empañan los defectos que transmutan en virtud. Tras el amanecer llegarán las risas, espero.
Para enamorar todo vale. Lo aprendí de los magos más ingeniosos. La ilusión vive en los ases que quedan por salir.
La gastronomía es mejor que mil palabras. Te dejas timar. Te ríes al pensar que un merluzo ha pasado el día preparando una merluza para ti.

Por muy buen cocinero que seas, no te engañes, el menú siempre lo eligen ellas.


jueves, 21 de marzo de 2013

REHABILITACIONES



Atrevimiento en la restitución. Sin pasarse. En el desván no te ve nadie, a no ser que en tu cabeza tengas un patio de vecinos. Yo solo tengo un trastero y esa es mi ventaja. Me pierde ir como un loco tras la emoción, por efímera que sea.
Un simple fideo puede conducirte a un cocido. Un perfume enterrado en tu memoria es una máquina del tiempo en ralentí dispuesta para moverse si encuentra un espejo. Un acorde mal dado puede sugerir una sinfonía. Palabras harapientas han desfilado por los mejores libros. Hay ocasiones en las que un beso detiene el mundo. Lo petrifica.  
Si quieres saber si has comido, mira tu mierda.
La rehabilitación es una costumbre saludable. 
Ayuda revisar nuestra huella. 
Lo desechado es tan valioso como lo elegido. Aunque hay reglas. Y no son universales.
Tras el error llega la culpa o la exculpación, tan humanas ellas.
Vivir es acumular elecciones y rechazos. Lo elegido te deposita en el lugar que ahora ocupas. Lo rechazado, también. 
No me desprecies si me ves hurgando en contenedores. Puede que tan solo esté en un periodo transitorio de rehabilitación.



jueves, 14 de marzo de 2013

RAZONES PARA VIVIR


Mi sitio estuvo ocupado por infinidad de almas de mejor carácter, de mejor utilidad, de mejor belleza.
Antes de mi llegada ya se cruzó la meta, ya se cubrió el cielo de altruismo, ya fue lo que tenía que ser.
La huella de los muertos no será superada por lo que aporte mi insectívora vida.
El listón está tan alto que ni lo veo.
El sufrimiento padecido por los ausentes ha sido tan extremo que mis hombros no soportan el crucero de lujo en el que me deslizo. No se puede vivir pidiendo constantemente perdón por ello. 
Avergonzado ingiero un plato de arroz y lentejas. Avergonzado sacio mi sed. Avergonzado reclamo respeto y amor. 
No sé donde meterme para que el rayo no me parta. Para que la mirada del altísimo no pierda el tiempo en objetos malogrados, por muy suyos que sean. Él también se equivoca. Negarme no le exime del error. Yo soy la prueba. Cinco décadas tocándole las pelotas, suavemente eso si. Y no es mi intención amargar a quien ha acertado en todo lo demás; a quien me ha dado razones para vivir, poniendo a mi lado a héroes y heroínas capaces de quererme.

jueves, 7 de marzo de 2013

LO POSIBLE



No hay límites para el deseo bajo el manto de la locura. El periodo de crecimiento no debe detenerse bajo ningún concepto. La velocidad debe incrementarse aunque el tiempo se acabe. Tras el golpe llega el dolor. Tras el gasto llega la deuda. Lo importante es no parar. Subir y subir alimentando civilizaciones enfermas de satisfacción. En un barrio humilde ya no cuecen habas. En un mundo al borde de la disolución el hambre ha pasado de moda. En un mundo de prisas ha nacido una niña embarazada. A la información no le da tiempo a propagarse. Y la vanidad padece obesidad mórbida. Pero no es época de análisis. Se trata de correr para que la realidad no te pille. Hasta la muerte parece haber perdido el ritmo. Dicen que está bajo tratamiento psiquiátrico de tanto recoger vivos sin vida. De tanto recibir viejos manipulados por clínicas desaprensivas que prometen juventud vigorosa donde solo hay cansancio. El horizonte está plagado de vendedores de fe. Todo es posible si se insiste. La ilusión engendra y destruye a la vez. El motor de los sueños es la necesidad. Y lo posible jalea desde los márgenes. 

jueves, 28 de febrero de 2013

SUEÑOS MOVIDOS



Recordar sueños agitados preocupa. Vivirlos, ocupa.
Sentir la vorágine del mundo en una panadería, asusta. Comer el pan, alimenta.
El infierno fluctúa entre un horno de pizzas y un crematorio, para seguir nutriendo y atemorizando al personal. El tiempo correcto de cocción produce apetencias, mas el fuego excesivo las carboniza. 

Arden nubes por vientos del sur que al enfriarse caen como barrotes afilados para esclavizar la tierra. Los sueños movidos acaban en inquietantes pesadillas.   

Filmar sin pulso firme agita los guiones de las películas más lentas y aburridas, sin conseguir que dejen de serlas. El fracaso y la frustración revolotea con ahínco sobre todo plan de éxito. Persecución y alcance. Semilla y fruto. Carrera eterna. 
Buscar es moverse, como encontrar es morir. 
Una competición hacia el cementerio, anima cualquier reunión falta de chispa. Llevar el dorsal número uno, no asegura victorias. Se trata de correr y correr sin motivo como alma que lleva el diablo.

A sueños veloces no les atrapan vigilias.   

jueves, 21 de febrero de 2013

PREFERENCIAS



Por el camino quedan boletos arrugados sin premio. Deudas sin saldar. Feas acciones de propósito dudoso. Horas rellenas de minutos amargados que desprecian a sus segundos porque, esos minutos de envidia enconada, jamás serán horas. Al menos la tirria entretiene, haciendo liviano el paso del tiempo. Mejor enfermar con veneno que aburrirse. Mejor tocar timbres y salir corriendo con risas que esperar que alguien te llame y quedarte con las ganas, inmóvil en el sofá, mientras tus lágrimas cambian de canal aleatoriamente al caer sobre el mando. 
Se prefiere la solitaria felicidad del dominio al jolgorio de la triste empatía. 
La burla necesita pardillos tanto como la muerte necesita vidas.
En cualquier juego hay jugadores. En cualquier noche hay estrellas, aunque las nubes lo nieguen al ponerse delante y pícaramente se muevan con la argucia de un prestidigitador consumado.
Los personajes están para elegirlos. Alcanzar las preferencias no está al alcance de manos indolentes, pusilánimes o dirigibles.
En el arcén quedan los desprestigiados indecisos como boletos arrugados sin premio. A no ser que lo hayan preferido así. Entonces sus minutos serán horas.
El deseo cumplido se oculta tras las nubes, en cualquier estrella venenosa de la galaxia que prefieras.

jueves, 14 de febrero de 2013

BOLSAS DE PLÁSTICO



Un solitario caminante discurre por la ciudad fermentada. Está tan oscuro que sería una obviedad hacer inquisitivas preguntas sobre la crisis de luz siendo tan real la noche como el apagón. Apenas se distingue su figura contrahecha más allá de un postrer suspiro en la planta de un hospital para cadáveres sin derecho a un último telediario. El poroso caminante tiene la dirección tan resoluta como esquiva. De sus sarmentosas manos cuelgan bolsas de plástico enmudecido. Va con prisas, va con lentitud, aleatoriamente. Lleva las bolsas de un sitio para otro sin que en su rastro se adivine si le esperan o le buscan. En el dudoso contenido aguardan a partes iguales respuestas y preguntas. Se ha parado en una esquina con la intención de encender un cigarro suelto para dar cuenta de él, si sus pulmones le hacen sitio en el atasco. Se oye una tos abandonada en medio del silencioso enjambre. Hace un frío demoledor. Se detiene para tomar su medicina y un oleaje ya gastado le recuerda a duras penas el calor que deben tener los vivos. Mas cuando el viaje parece tocar a su fin, sus ojos con alfileres supuran bolitas de sangre coagulada como mercurio extendido, dejándole tirado en la calle huérfano de conciencia junto a unas bolsas de plástico vacías.

jueves, 7 de febrero de 2013

VOLUNTAD DESPOSEÍDA


Hallada la infamia, se evapora la ternura al instante. 
Envejecemos ariscos y despechados, con grumos. 
En la sala del tanatorio miramos a través del cristal lo que seremos: guarnición para flores. 
Lo que se da siempre acaba quitándose. No se detiene el tiempo tirando el reloj de pulsera a un vertedero, tan solo es un gesto que nos indica la dirección que tomaremos.   
La vida tiene un contenido dudoso, la muerte, no. Ojalá sea una apreciación errónea. En un mundo en llamas no hay sistemas de extinción de incendios. En un juego sin reglas no hay jugadores honestos. 
La plaza se ha llenado de predicadores  y el murmullo, incontrolable y voraz, crecerá como la maleza. 
Las sombras brillarán más que la luz. 
La tormenta, a su paso, no dejará cosechas. 
Los sueños tendrán sus días contados. 
Y la aviesa intención despojará de voluntad a las palabras.

viernes, 1 de febrero de 2013

VIVIR EN EL PASADO



Múltiples historias de aparecidos llenan periódicos sensacionalistas, trasnochadores programas de radio y revistas especializadas en ciencias ocultas. Nadie las cree hasta que, un buen día, por diferentes causas, nos tornamos sensacionalistas, trasnochadores y ocultos. Entonces, el atontamiento canaliza sobre cogedores contactos más allá de la razón. La locura produce religiones, mitos y fantasmas. Le llaman estabilidad necesaria. 
Hay múltiples historias de aparecidos pero yo contaré una verídica: Era un lunes rasposo. Volvíamos a casa por una carretera secundaria tras un viernes extenso. Teníamos los cuerpos de arena, el alpiste agotado, las miradas perdidas y aun así saboreábamos felicidad con timidez. 
Llegamos a una curva cerrada. Aflojamos la marcha. Y antes de volver al ritmo sensato, apareció una chica haciendo auto-stop. Había sitio en el coche y la recogimos. Olía bien. Estaba pálidamente maquillada. No hablaba mucho. A nuestras múltiples preguntas nerviosas contestó con sequedad: "no me habéis recogido, soy yo quien os recojo". 
Desde aquel día vivimos en el pasado. 
Hemos dejado de ser noticia. 

jueves, 24 de enero de 2013

LA TIERRA ES PLANA



Tener la mente chata es ventajoso. Ofrece un campo receptor de altitudes. 
Se están reclutando un ejército de cabezas planas para llevar a cabo la revolución.
Unificar almas huecas bajo un único pensamiento facilita la empresa. Ahora es el tiempo, ahora es la ocasión. En la planicie transita la dejadez que habrá de aprovecharse. Se armonizarán intenciones haciendo del coro una sola garganta. 
Se dan las circunstancias para que germine un producto homogéneo carente de voluntad. Lloverá sobre mojado y la sequía hará el resto.   
La vida es una mecedora plagada de vaivenes. Pero el resquicio aparece en forma de detención. Y entonces le llega la oportunidad al mediocre. Y se viste con las ropas de dirigente seductor con la voz aflautada para indicar el único camino a seguir. A falta de pan, buenas son las tortas. 
Resulta inútil la resistencia ante la fascinación de la promesa de un mundo nuevo lleno de cumbres aquí donde la tierra es plana. 
Somos débiles. Somos chatos.

jueves, 17 de enero de 2013

SINTIENDO EL DAÑO GLOBAL SOBRE MÍ



Este peso no es humano. Me inutiliza y enloquece como una medicación desorbitada. Dejé de distinguir hace tiempo mis propios dolores de los ajenos, aun cuando los míos son gigantescos y los de los demás son del tamaño de bacterias. Y, ¡mierda!, los noto. Algo me dice que mi tristeza no es pura. Tiene moléculas extrañas, no se dónde, pero están. ¿Acaso no tengo bastante con lo mío?
Lamento cualquier daño global pero, ¿alguien se aflige por el mío?
En cualquier lugar, en cualquier instante, un ser sufre iniquidad, humillación y abuso. El daño hace estragos sin distinguir méritos ni currículo.
No quiero decir que mi parte no me la haya ganado, pero siento cínicos regalos y claro, no puedo con todo. Así no hay quien se concentre en gestionar su propio calvario.
Siento el daño global sobre mí. No es mucho, la verdad, pero es algo. Suficiente para quedar atenazado con su disperso aroma, para convertirme en un inválido por culpa de un ligero esguince.
Este peso no es del todo mío. La báscula marca una obesidad mórbida más allá de mi propia amargura. Miligramos invisibles de pena se acoplan como un viento fantasmagórico en la balanza electrónica cuando me subo en ella.
Seguro que está trucada. Mañana la empeño y me dejo de angustias.

viernes, 11 de enero de 2013

PERDERSE ES UN BUEN ESCONDITE



Un ejército cargado de munición salió a la busca del reo. Peinaron la zona concienzudamente, como se hace en una peluquería de lujo. 
No sabían cómo se llamaba, cuál era su delito, de qué forma vestía. Pero había que encontrarle, vivo preferiblemente.
La noche apagaba al sol dejando la luz de bajo consumo que es la luna.
El General decidió separar al destacamento en unidades de a tres. La estrategia no dio resultados. Por entre unos matorrales murió una liebre. Y a la hora convenida, volvió a juntarse la milicia con tan exangüe botín. En vez de liebre al ajillo hicieron ajillo a la liebre. Tras el ágape, los únicos huesos que quedaron a la vista fueron los de la tropa. Esperaron al amanecer como si fuera un desayuno.
Una nueva jornada de búsqueda estéril se consumió con idéntico resultado que la anterior.
El General reunió a la desmoralizada milicia para arengarles por última vez antes de que desertaran. Les habló firmemente a pesar de hallarse conmovido por su propia derrota: "Nadie podrá reprochar a un ejército valeroso y sacrificado falta de entrega cuando los objetivos no se alcanzan. Sobre todo si le piden un imposible. Y utópico es buscar a alguien que se ha perdido a sí mismo. No hay escondite mejor".