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sábado, 6 de julio de 2013

UNA NAVE INDUSTRIAL EN SU PECHO. (Dedicado a Santi)



Su pecho es del tamaño de una nave industrial. Es el único espacio que encontró para hacer una fiesta donde meter a su gente y se quedó pequeño porque había que compartirlo con su corazón. Con todo, organizó la imposibilidad quitándose de en medio, laminando su pulso, regalando sangre y vida a espuertas. 
Su semana solo tiene sábados por la noche. Su universo pertenece a la sexta dimensión. Pero no es para él. Es para quien se acerque. 
En la fiebre de vivir hay grados. Los hay que viven en el frío, y con suerte se conservan, pero la vida empieza a partir de calentones y evaporación. 
Su incomprensión del mundo es innata y dolorosa, pero nunca se ha rendido. Mi humilde tarea fue y será intentar no añadir obstáculos, no colocarle trampas, aunque conociéndome lo tengo jodido. 
Su calva cobija desiertos, y el que proporciona sombra recibe el sol de pleno.
Si alguna vez le desahucian de la nave industrial de su pecho no será por no pagar. Será por falta de gente compartiendo riego sanguíneo. La soledad lo mataría. Y la caja de cerillas que es mi pecho no soportaría la culpa y el asco que yo sentiría todos los sábados a la noche. Con el tiempo, igual…

1 comentario:

  1. Hay regalos caros y regalos valiosos como el tuyo,regalos que se dan con el corazon y que se reciben mas adentro,que acarician el alma y estremecen las entrañas,que hacen sentir que no los mereces y sin embargo te encienden una pequeña lucecita de esperanza . Suscribo tus palabras Finico y se que a quien van dirigidas le han llegado con la misma fuerza con la que tu las has escrito. Besos
    Loli

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