Google Website Translator

jueves, 12 de septiembre de 2013

NO ESTOY SEGURO



Un chorro de agua fresca cae por el tobogán del esófago antes de acabar la noche babeando en el colchón. Un cálido sueño estimula los cuerpos cavernosos. Mañana el amanecer esperará a que yo despierte. El vigor juvenil en mis células parece no haberse desvanecido nunca. Los ojos están tan limpios que reciben la luz como por vez primera. El café está recién hecho y no por mí. Las tostadas tienen el brillo perfecto por un aceite que tampoco yo rocié. La canción que suena en la radio es de las que alegran y pacifican hasta a los espíritus más soliviantados. Incluso la ropa elegida para salir me favorece. Voy por la calle con paso vacilón al borde de gustarme. Pero, tras un rato de dulce flote, no estoy seguro de que la realidad comulgue con mi sensación de bienestar. De hecho tanta felicidad me resulta inquietante, extraña e increíble en su totalidad. Un momento de placer no hace olvidar una vida de asco, llena de desatinos, incertidumbres y torpezas. Uno se acostumbra a su propio mezquino vivir, a su total falta de nobleza, a su incapacidad para manejarse dignamente, a su apatía ante la degradación o a su pestilente victimismo con lo que todo se justifica. De hecho, tanto malestar me crea dudas. No estoy seguro cuando me siento mal. Ni cuando me siento bien.    

No hay comentarios:

Publicar un comentario