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miércoles, 31 de diciembre de 2014

RESUMEN


Hay días del año que se llevan más allá del año que consumen. Que gastan más cera de la permitida. Que apagan más velas de las que el viento sopló.
Alrededor nos quedamos con las manos vacías, el pelo enmarañado y las opciones de ganar en la batalla reducidas a polvo.
Hay voces que dejan de dejar mensajes de voz en el móvil. Hay números de móvil que no volverán a llamar. Son los restos de las llamadas perdidas que, como inmóviles silencios, seguirán marcando deseos de comunicación sin completar.
Hay días que resumen un año. Hay años que resumen una vida. Y en resumen, lo que se fue pide su sitio en el recuerdo.
Suenan canciones tristes al final de la fiesta, quedando tras ellas un zumbido tan desalentador como insoportable. Es lo que queda tras un resumen duro y real. Pero, al no ser duros ni reales nos quedamos con el resumen alternativo del sueño sin rendición, nos quedamos con aquel resumen que, por fatal que sea, nunca será en balde. Hay días que son sacrificios que gratifican de por vida.
Y sin vidas no hay resúmenes.

viernes, 26 de diciembre de 2014

REENCUENTRO (A Gonso)


Desaparecer tumultuosamente, hacer un parón en el vivir, oscurecerse en mitad de un mes soleado, callar sin hacer ruido. Darse la vuelta para recogerse y esperar un tiempo nuevo hasta que aparezca algo mejor, hasta que la tormenta amaine o deje de inundar corazones exprimidos. Mejor será quitarse de en medio provisionalmente mientras queden ganas de volver a vernos y que todavía sea divertido. Entonces el reencuentro será valioso aunque todo haya cambiado porque, los que se niegan a cambiar se verán arrastrados por los cambios, o lo que es peor, serán pasto de la tumultuosa desaparición. La felicidad siempre estuvo en manos de la dúctil levedad. De goma fueron los deseos más profundos e inapreciables. Tras una despedida obligada quedan motivos para el reencuentro. Subir al pico de la confianza otorga buenas y malas caídas, pero sin temor a equivocarme, concluyo que siempre merecerá la pena.
A pesar de todo, ese todo no ha podido conmigo y estoy deseando volver a brindar contigo, ahora que ya no salimos a asustar de risa en la ciudad.

sábado, 20 de diciembre de 2014

ANTISOCIAL


Desde su más arqueológica infancia pidió a gritos que lo dejaran en paz. Se apartó, como buenamente supo, de la familia, de la muchedumbre y de todo lo que le identificara con cualquier club. Afianzó su fama de antisocial a golpes de ocultación, mimetizando su presencia en una agria ausencia rebelde. No sabía hacia dónde iba pero, un irrefrenable impulso le ponía en la dirección contraria a la de sus congéneres.
La incomodidad de la contracorriente jamás fue un obstáculo en su actitud, al contrario, era un fiable indicador para su decidida conducta antisocial. No le importó ir derecho a la ruina, malograr impunemente cuerpo y vida, reducir a un instante su diario o hurgar en los reveses, si con ello conseguía sentir el poder de la autosuficiencia.
En ocasiones, el cálido embaucador suspiro de la carne le hizo dudar en su convicción por mantener a salvo de impurezas corazón y albedrío. Tal vez el amor no fue suficiente para detener el volcán de su lúcida conciencia. Tal vez el amor, con su hermosa mentira, llegó tarde para disminuir el rotundo vacío.
Eligió ser antisocial simplemente porque serlo es intuir que la sociedad es un torpe y barato consuelo construido como una unidad paliativa contra la profunda y aplastante soledad humana.