Traspasado el fuego queda la lluvia ácida de la descomposición cayendo sobre mí.
Vástagos del desorden anuncian la resolución y me desmorono como ciudades carcomidas por la debilidad ante el pecado. Las alarmas se disparan y no sé detener sus gritos. En el fondo lo sabía aunque, a ver quien es capaz de impedir el descenso. Nadie tiene las manos suficientemente grandes y fuertes para ello. Cuando comienza el final solo puedes elegir dejarte llevar. Con digno estilo o sin él.
Al salir, bajo el umbral estallo en lágrimas, de igual modo que lo hice al entrar. Inconsolable me muestro, sin importar si es apropiado o no. El mundo seguirá sin mí y no le importará una mierda. Dejaré de ser un testigo privilegiado para convertirme en otro vulgar inútil proyecto malogrado. Mi pequeñez es tan enorme que me sobrepasa. Aun así, me rebelo ante un final tan ineludible como cruel y me agarro a la vida como si la muerte no fuera conmigo.
Al salir, bajo el umbral estallo en lágrimas, de igual modo que lo hice al entrar. Inconsolable me muestro, sin importar si es apropiado o no. El mundo seguirá sin mí y no le importará una mierda. Dejaré de ser un testigo privilegiado para convertirme en otro vulgar inútil proyecto malogrado. Mi pequeñez es tan enorme que me sobrepasa. Aun así, me rebelo ante un final tan ineludible como cruel y me agarro a la vida como si la muerte no fuera conmigo.