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viernes, 5 de agosto de 2011

BUCLES EN EL PELO DE LA VÍA LÁCTEA


Un cometa de hielo repite su senda estelar envuelto en llamas mientras un objeto humano desconocido vuelve a errar cargado de razón.

Y mi arma sufre un colapso por no saber a qué disparar.

Júpiter por mucho que gire nunca se verá el culo. Sus lunas ríen de tanto vérselo.

Cerca de mí, estoy yo. Y río hasta quedar afónico.

El Apocalipsis se ha atascado de tanto repetirse. Los profetas aciertan por cansancio y mi madre acumula legumbres en la despensa por si acaso.

El polvo del espacio interestelar es redundante como la autocompasión.

Mis sueños se han reducido a uno: los bucles de mi pelo despegan cual cohetes para viajar a los confines de la Vía Láctea.

El cielo azul padece un colapso por no saber a quien cubrir.

Las almas circulan en formato digital, simple y ramplón, con escasas pero maravillosas excepciones.

El Universo también se expansiona redundantemente, pero allá en su última frontera utiliza mis bucles de pelo largo para marcarse un solo de guitarra de aire mientras yo espero al cometa destinado a llevar mi calva cabeza al encuentro de sus bucles.

Mientras espero han llegado a decirme que tengo caspa, y yo sentencio: no es caspa, es polvo estelar.


1 comentario:

  1. jajajaja No podría descifrarte el quid del texto pero me ha hecho viajar por una etapa de vivencia-temporal

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