LA SUERTE DEL MALNACIDO

Da igual si actúas bien o mal, la resolución no depende de ello. El vivir es un círculo ajeno a la justicia. Todo sigue adelante con moral o sin ella. Quien busca éxito puede encontrarlo haciendo trampas, o no. Quien ansía honestamente alzarse con un premio puede alcanzarlo con esfuerzo, o no. Hay gente que tiene la suerte a su lado y hay gente que la tiene en el culo, es una simple cuestión de orden, tan aleatorio como el devenir. Rezar y creer no te garantiza lo que deseas, igual que joder y despreciar al prójimo no te garantiza pena y cárcel. Todo se reduce a un algoritmo creado por Dios que ni Él entiende. Existieron casos en los que los buenos mordieron el polvo y casos en los que los malos recibieron alabanzas incontestables. Hay malnacidos con la suerte del error divino. Estamos en igualdad de condiciones si no cuestionamos nuestra naturaleza. Decidir qué es lo que estamos dispuestos a ser es la única salvación. Elegir el lado del afortunado es fácil, tener agallas para la disensión supone complicarte la vida, acaso perderla, pero es la única forma de que valga la pena vivirla, o no. Con el tiempo no habrá nadie que te juzgue. De la nada venimos y a la nada vamos. Así que para qué analizar lo que queda en medio. Que nos den.

PARA TODO

Desde el principio supe el sitio que necesitaba habitar. Triste y extraño, deambulaba por la existencia como un imbécil descabezado, hasta que te encontré. Mis ojos nunca me ayudaron a acertar, hasta que tu mano me guió. Me pusiste en mi sitio como una pieza perdida cuando se encuentra. Siempre supe que mi inquietud debería calmarse sin mi participación. Fui un fuego destinado a apagarse sin que nadie fuese capaz de ponerlo en un hogar tan cálido como mi demoníaca frialdad. Mi propia incomprensión me abocaba al desastre, tan mínimo como certero, tan fiero como mis amasijos de insignificancias. Iba derecho a la descomposición sin haber estado jamás compuesto. Me encontraste deshilachado y perdido, casi desdibujado, hecho jirones sin apenas aliento. Y desde ese buen día todo cambió. Me pusiste en el lugar que supe que debía existir. Desde entonces me vas a tener para todo. En cualquier momento, en cualquier lugar. Soy lo que necesites. Haré lo más raro que nadie pueda hacer. Voy a estar a tu lado hasta que digas basta, incluso sin estar. Mi sitio es estar contigo para todo y para nada. Alegre o enfurecido pero siempre contigo.