Alguien cocina un guisado de ingredientes con Alzheimer en la avenida de la mugre. Su aroma no llega ni al hambre. Acaba en su propia intención. Igual que hacer un nudo teniendo muñones por manos. La carencia no llueve a gusto de todos. Para que haya un perro sin pulgas debe haber razas enteras infestadas. La falta de sueños alienta ramplonas realidades. Hay comisuras de labios que jamás dibujaron sonrisa alguna. El ánimo inmaculado es la diana del vicio. La chabola cobija golpes indiscriminados del mismo modo que el casino reparte bancarrotas. Hay barrios donde las estrellas son bombillas fundidas y el sol fuego del infierno. La música se escribe con gritos. Un padre abofetea al hijo. Una madre se encuentra a la hija sin haberla buscado. Se crece por inercia. Se vive por necesidad. El río viene espeso por el cieno. El mar se ahoga de marrón.
El guiso no alimenta en estómagos podridos.
Una infección encuentra un apartamento libre en la playa de la herida.
Los párpados son abanicos incapaces de espantar moscas.
El grado de suciedad es insoportable a ras de tierra. Por ello todas las almas sueñan con volar lejos, muy lejos; más allá de la sórdida miseria a la que estamos pegados en esta avenida de la mugre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario