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viernes, 23 de diciembre de 2016

CONFORME


La vida es bastante mala. Y estoy bastante conforme con la frase anterior. No hay sitio para oponerse, ni codos para crearlo. De hecho, lo primero que dije al nacer fue: " me rindo ". Formar parte de los que colaboran con la maldad de la vida no me hace peor que los demás. La gloria es un relámpago y solo pertenece a los héroes que luchan y mueren. Y la vida es para los vivos que se conforman con la maldad reinante.
Hay un escondite llamado Tierra, sembrada de traición, calamidad y engaño. Ahí me han puesto, ahí me conformo. Tan solo soy un cobarde más. Tan solo soy una humilde célula cancerosa esforzándose en morir lo más tarde posible. De hecho, lo último que diré antes de perder el pulso será: "señora Muerte, ¿a quién quiere que traicione? " . O esta otra frase menos auténtica pero más literaria: "¿esto ha sido todo? "
La vida es muy mala. No deja resquicios para la redención. No permite corazones puros; el tiempo los corromperá. Y me conformo.
La vida es, en términos generales, mala. Y me conformo.

sábado, 17 de diciembre de 2016

UN MINUTO DE TREINTA SEGUNDOS


Si me miras a los ojos contemplarás medio siglo de historia a caballo entre dos centurias. Si me tomas el pulso notarás el mal paso de una sangre incapaz de seguir el ritmo del reloj por culpa de un corazón negado para el baile. Si tocas mi piel sentirás la engañosa dulzura del terciopelo enfermizo y decadente. Si escuchas mi voz no sabrás si poner la atención en el desinterés de lo que digo o en la cartera. Si esperas calor en un abrazo mío, ya estás tardando en buscar cartones que te ayuden a pasar el frío de enero en una noche a la intemperie. Soy como un gato negro que se te cruza cuando estás en racha. Soy un espejo a punto de romperse mientras te arreglas ante él para salir y romper cuando estás que te sales. Soy el libro que entierra a cualquier escritor de éxito. Soy el rey de la confusión en la tierra de la claridad. 
Y a pesar de mí, nunca perdí la ilusión de intentar incumplir mis propias reglas. De retorcer ingenuamente mi destino pero con determinación. De darme el tiempo necesario para poder llegar a ser otro. De no dejar ni un segundo a la auto compasión, ni a ¨externalizar¨ mis culpas cual necio fanático.
Bastará un minuto de treinta segundos de vuestro tiempo para saber si lo conseguí, aunque sea con levedad imperceptible, cuando mi mala figura deje de hacer sombra.     

viernes, 9 de diciembre de 2016

REY DE LOS CIELOS


Camina aburrido por un páramo de nubes de algodón como un niño en una feria que conoce de memoria y en la que no queda ya atracción por descubrir, ni capricho por saciar. Vive a espaldas de un mundo que le pertenece, pero ya no le importa. Antaño solía esforzarse cuando oía débiles plegarias, cuando sentía como algo suyo la opresión, la injusticia o el desamparo, cuando a su espíritu celestial todavía le quedaba algo de humano. A todo Gurú le llega el momento de perder la perspectiva, de caer en la alienación de una estrella del rock, de creer que no contaminas por limpio que seas, de confundir la propia realidad con la universal, de pasar de estar en deuda con el cosmos a sentir falto de pleitesía con quien lo creó. Vivir en una burbuja es lo que tiene, pierdes interés por lo que ocurre más allá de tu nariz. Incluso tanta endogamia mística produce monstruos que ven en sus actos perfección y belleza donde solo hay deformidad, depravación y maldad. Los dioses se vuelven niños malcriados, capaces de defender sus derechos a fuerza de llanto y mocos, mientras olvidan sin empacho sus responsabilidades que una vez tuvieron de adultos divinos que una vez fueron.
El rey de los Cielos anda buscando nuevas y exóticas experiencias que le saquen del hastío, que estén a la altura de su alteza. Últimamente, se le vio tirar televisiones por la ventana de una nube-hotel de lujo, acabar con el minibar un Viernes Santo o pedir la hoja de reclamaciones porque le dieron caviar ruso habiendo pedido iraní.
La eternidad no la soporta dignamente ni el Gurú más aguerrido.