No importa empezar perdiendo, importa tener la paciencia suficiente para dejar que el tiempo haga su trabajo y de a los últimos, lo que una vez fue de los primeros. Resistir es un arte al alcance de una extrema minoría, tan imperceptible como un virus letal adormecido a punto de reventar en un cuerpo con la salud de hierro. Nadie con la soberbia satisfecha cree que su nivel por derecho adquirido pueda tener fecha de caducidad. Y sin saber por qué, cualquier ¨mindundi¨, con la suficiente dosis de paciencia, lo deja tan atrás que tras él parece no quedar nadie. Confundir el culo con la boca es habitual. La competición es lo que tiene. A los que se creen ganadores les suele faltar sentido del humor. Toman tan en serio su elevada posición de poder que se creen inmortales, haciendo reír a la mismísima muerte, tan socarrona ella. Quien no comprende lo poco que es, no sabe lo grande que hubiera podido ser. Quien no siente como suyo el dolor ajeno, no merece el más mínimo placer. Quien no es capaz de saber perder, no merece ganar. Quien no sabe compartir, no sabe competir. Y quien no sabe esperar, pierde. El mundo no es para los serios. El mundo es para los que saben echarse unas risas entre lo que va del alumbramiento a la fosa.
Fórmula compuesta de música y lectura que busca poner la piel de pollo. Con la música seleccionada debería bastar, pero debo juntar palabras de mi magín por hacer algo. Gracias por la visita.
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viernes, 17 de marzo de 2017
QUIEN ESPERA LO SUFICIENTE, GANA
No importa empezar perdiendo, importa tener la paciencia suficiente para dejar que el tiempo haga su trabajo y de a los últimos, lo que una vez fue de los primeros. Resistir es un arte al alcance de una extrema minoría, tan imperceptible como un virus letal adormecido a punto de reventar en un cuerpo con la salud de hierro. Nadie con la soberbia satisfecha cree que su nivel por derecho adquirido pueda tener fecha de caducidad. Y sin saber por qué, cualquier ¨mindundi¨, con la suficiente dosis de paciencia, lo deja tan atrás que tras él parece no quedar nadie. Confundir el culo con la boca es habitual. La competición es lo que tiene. A los que se creen ganadores les suele faltar sentido del humor. Toman tan en serio su elevada posición de poder que se creen inmortales, haciendo reír a la mismísima muerte, tan socarrona ella. Quien no comprende lo poco que es, no sabe lo grande que hubiera podido ser. Quien no siente como suyo el dolor ajeno, no merece el más mínimo placer. Quien no es capaz de saber perder, no merece ganar. Quien no sabe compartir, no sabe competir. Y quien no sabe esperar, pierde. El mundo no es para los serios. El mundo es para los que saben echarse unas risas entre lo que va del alumbramiento a la fosa.
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Grandisimo Finico .....Una verdadera hemorragia en todo lo casto..... con mucho hierro....lo siento como mio...
ResponderEliminarY tus opiniones son fresco aliento para seguir. Gracias, como siempre.
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