Cuando te enfrentas al acto final solo quedan dos opciones, o inventar lo que fuiste, o extender juntando sin miedo las miserias y la escasez de aciertos que a lo largo de los años se han tenido. Ninguna elección me parece mejor, es más, la única buena solo es la tuya, aunque para los demás no lo sea. Si aceptas con orgullo tus convicciones, tendrás ventaja en el adiós y con plenitud diáfana podrás decir que no has vivido como un muñeco. Para ganar la dignidad primero hay que perderla. Para dirigir tus pasos hay que pisar en firme hasta cuando ya no hay camino. Hacerlo a tu manera supone tragar más de lo que tu cuerpo puede expulsar, arrepentirse lo mínimo, no como quien se arrodilla y enfrentarse a todo ausente de miedo para reconocer golpes y fracasos. Tener una vida plena supone aceptación e inteligencia. Se debe ser insobornable en la búsqueda de uno mismo sin reparar en gastos, aunque ello nos ocasione la quiebra. Si nos tenemos que marchar, mejor ser nosotros y no otros. En resumen, mejor dejar a nuestra manera, en el ataúd, los amores que tuvimos, las risas, los lloros. Y dejar a los demás, tan solo, elegir las flores.
Fórmula compuesta de música y lectura que busca poner la piel de pollo. Con la música seleccionada debería bastar, pero debo juntar palabras de mi magín por hacer algo. Gracias por la visita.
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jueves, 31 de agosto de 2017
RESUMEN 2
Cuando te enfrentas al acto final solo quedan dos opciones, o inventar lo que fuiste, o extender juntando sin miedo las miserias y la escasez de aciertos que a lo largo de los años se han tenido. Ninguna elección me parece mejor, es más, la única buena solo es la tuya, aunque para los demás no lo sea. Si aceptas con orgullo tus convicciones, tendrás ventaja en el adiós y con plenitud diáfana podrás decir que no has vivido como un muñeco. Para ganar la dignidad primero hay que perderla. Para dirigir tus pasos hay que pisar en firme hasta cuando ya no hay camino. Hacerlo a tu manera supone tragar más de lo que tu cuerpo puede expulsar, arrepentirse lo mínimo, no como quien se arrodilla y enfrentarse a todo ausente de miedo para reconocer golpes y fracasos. Tener una vida plena supone aceptación e inteligencia. Se debe ser insobornable en la búsqueda de uno mismo sin reparar en gastos, aunque ello nos ocasione la quiebra. Si nos tenemos que marchar, mejor ser nosotros y no otros. En resumen, mejor dejar a nuestra manera, en el ataúd, los amores que tuvimos, las risas, los lloros. Y dejar a los demás, tan solo, elegir las flores.
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