Llegar cuando empieza una década sirve para sepultar a paladas la anterior. Negarla con arrogancia. Superarla a escupitajos. Imaginar las siguientes sin corta-fuegos idealizando futuros realmente posibles. Allí donde la adulteración no llega. Tan inaccesibles como una camada de estrellas en lo más profundo del cosmos.
Juventud es tener todo por delante. Es tener el cuerpo de adulto y los sueños de niño. Es sentir la sangre bullente en un fresco circuito.
Juventud es sentir que las fuerzas acompañan como lo haría un ejército ordenado y obediente. Es no tener miedo a perder lo que todavía no se tiene, a no ser que un extraño virus, parecido a la curiosidad, nos detenga a tiempo. Entonces sabremos hacia donde dirigir tanta energía. Y será tan doloroso y cruel como bello y redentor. Nadie dijo que fuera fácil aceptar la pérdida de la tan hablada juventud. Poca y afortunada gente es capaz de encajar derrotas. No nos educan para ello. En cambio allí es donde habita la inalterabilidad, tan inaccesible como un racimo de estrellas en lo más profundo de cualquier corazón curioso. Es entonces cuando bajo los pies aparece "la tabla" con la que surfear décadas, olas y futuros realmente posibles, por imposibles que parezcan.
Yo, todavía no puedo surfear décadas debidamente al no haber terminado todavía mi tabla, aunque no pierdo la esperanza porque conozco a alguien que, a pesar de su juventud, ya la tiene niquelá.
Tienes un blog muy interesante, sigue así.
ResponderEliminarUn saludo,
Óscar
Gracias por tus ánimos, Óscar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Y sigue latiendome el corazón tan rápido cada vez q te leo........
ResponderEliminarMe ha encantado :)
ResponderEliminarwww.victoriarockera.com