Otro día persiguiendo brumas, barruntando planes como pompas de jabón en manos de un psicótico barbero. Otro día más poniendo el culo en modo cañón, hurgando en heridas infectadas. Y los médicos no me quieren atender. Me siento marginado, pero no me importa si las chicas ven interesante mi defectuoso estilo.
El tren de las dos y diez pasará con retraso cuando ponga puntualmente mi cabeza en las vías. Los torpes suelen ser afortunados. Aunque para no mentir, no soy un suicida. No llego a serlo simplemente por desgana. Soy tan lento que, en las fotografías salgo al mes de hacerse. Puede parecer que me escabullo pero, no. Simplemente soy un pequeño ser corto y atascado intentando hacer de la carencia aparente virtud. Solo soy una pequeña criatura más respirando sin merecerlo. Los mediocres somos necesarios para hacer resaltar a las personas valiosas. Si sabes cuál es tu sitio, tal vez consigas no empujar a nadie. Si sabes permanecer callado, quizá consigas no parecer imbécil. El misterio es un arma de seducción incuestionable. A la mayoría de las chicas que pude llamar la atención fue sin querer y sin estar.
Siempre hay un sitio para las pequeñas criaturas.
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