En las altas esferas se urden complots, maquinaciones ocultas, conspiraciones y, en los tiempos residuales, inventan chistes de agentes secretos.
Nos vigilan en la sombra, el Mosad, la Cía, el Kgb y el Cni.
Hace poco, sin ir más lejos, noté un cosquilleo en la nuca estando sentado en el retrete, signo inequívoco de que algún grupo de presión me espiaba. Silbé con torpe disimulo, haciendo coincidir el agudo sonido labial con el grave estertor intestinal. Y sonreí para mis adentros pensando como despistaría a los servicios de inteligencia en el justo momento de interpretar la grabación. Se lo puse jodido, lo sé. Supongo que el informe fue confuso. A pesar de contar con un software en audio de la hostia, separar el silbido del estertor fue un quebradero de cabeza. No supieron si la cosa venía dura o blanda. Desde entonces, sonreír y cagar es todo uno para mí.
No soy quien para dar consejos, pero sí puedo dar una pequeña sugerencia: Nos hace un poco mejores, actuar cuando estamos solos, pensando que alguien nos vigila. Llámese Mosad, Cía, Kgb, Cni o Dios.
Y es la respuesta justificada a saber que alguien se preocupa de en que inviertes tu tiempo, sea digno de espiar o no!
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