Números que desean ser incógnitas en medio de versículos de amor desesperado. Inmóvil hojarasca necesitada de viento urgente. Lentitud disciplinada esperando que el transgresor bólido la arrolle. Fogosa sequedad baldía buscando nubes de tormenta para germinar en el milagro. Las trece fatalidades hallan esperanza en los horóscopos de periódicos vencidos. Los pliegues de la cicatriz ensangrentada ven alejarse con arrobo la causa y el remedio. Los amores se aburren si no se agitan, si no se emponzoñan de deseo. Es necesario depender para no pender. El caos es vital para no sentir el orden de la nada. Bien mirado todo depende de todo. La abstracción es atracción. La idea de un ideal pertenece a corazones extraños. No hay aroma más intenso que ver un cadáver rodeado de flores inútiles. No hay historias de amor más plenas que las que han acabado.
Hay palabras que desean ser fríos logaritmos en problemas sin resolución. Depender es un arte hasta para la ignorancia. Y el tiempo es líquido evaporado que depende de la persecución del sueño de los locos.
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