La ruta no se dirige, se establece de antemano.
Si has nacido debes morir.
El camino tortuoso reclama pasos torcidos y las almas caen por la pendiente del dolor.
No reclames tus derechos, te serán denegados.
Lo inevitable no se esquiva, se determina.
Si despiertas debes haber dormido.
Hay quien hace autoestop en carreteras secundarias, mientras los vehículos pasan ignorando el pulgar en alto.
El caos no se ordena, se sufre.
Avanzar es agotar el tiempo disponible.
Hay quien cree que será más de lo que es.
Los rayos de una tormenta descansarán en las raíces de un ciprés plantado a la entrada de un cementerio.
Mientras tanto, los nacientes combatimos a los moribundos que seremos con la delgada esperanza de alargar el final, meses, días, horas, segundos.
Es una mierda quedar en nada.
El final no se detiene, pero debería esperar.
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