Google Website Translator

jueves, 7 de abril de 2011

SÁBANAS BLANCAS Y CADENAS CON BOLAS

El pasillo, estrecho y largo con paredes transparentes. La cocina, de fogones encendidos con humo levantándose de ollas antiguas. La puerta de entrada es como un puente levadizo con foso.

El dormitorio tiene insomnio, se desvela.

Las fotos con marco de plata encierran recuerdos perdidos. Las ventanas abiertas dejan pasar la niebla. El suelo de gres está raspado.

La casa está deshabitada pero, cada 2 de enero se llena de ruido sordo, remoto, triste. Los vecinos pueden corroborarlo, bajan el volumen de la tele y asustados se quedan quietos hasta que los suspiros disminuyen y se apagan.

El del quinto aseguró en una ocasión que vio una sábana blanca tendida en los cordeles del piso sin vida. En la reunión de escalera se hicieron chascarrillos con esa confesión: que si el fantasma es muy limpio, que si lava a mano porque no se oye la lavadora, etc.

Bla, bla, bla... Lo que no sabían es que cada 2 de enero una chica entraba a hurtadillas en la casa. Era su amante. Luego de etéreos sudores ella se marchaba a otro barrio donde tenía una casa con el pasillo estrecho, la cocina con cacerolas de barro y las fotos de plata rezumando amargura.

2 comentarios:

  1. Amantes que se aman por sus similitudes... y como dice la canción "porque no se que decir"... ¡genial!

    ResponderEliminar
  2. estas cuando te vas y te vas cuando estas pero siempre estas como tu dices amigo mio los dormitorios deberían tener insomnio....

    ResponderEliminar